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Revista :Estúdio

versão impressa ISSN 1647-6158

Estúdio vol.4 no.7 Lisboa jun. 2013

 

DOSSIER EDITORIAL

EDITORIAL SECTION

Furriols: rigor, exigencia y contención

Furriols: rigour, demand and containment

 

Josep Montoya Hortelano*

*Conselho editorial; Facultad de Bellas Artes, Universidad de Barcelona, Espanha.

Endereço para correspondência

 

 

RESUMEN
Se plantea en la presentación, el recorrido poco habitual, de Joan Furriols, que va des de una aparición temprana en los ámbitos artísticos catalanes de los años 50, hasta la actualidad. Manteniendo un perfil de lo que puede considerarse "Baja visibilidad" pero de enorme densidad en el proceso artístico por su rigor, exigencia i contención, como base de actuación para una apertura trascendente a lo cotidiano.

Palabras clave: Materia, espacio, síntesis, seriación, orden, trascendencia.

 

 

ABSTRACT
Summary. Arises in the presentation, the unusual trail of Joan Furriols, which will give an early appearance in the Catalan artistic context from the 50s until today. Keeping a profile of what can be considered "low visibility" but enormously weighty in the artistic process for its rigor, your containment and self demanding as a basis for action for transcending the everyday.

Keywords: Matter, space, synthesis, seriation, order, significance.

 

 

Introducción  

Sorprende como frecuentemente ignoramos lo mas cercano y nos perdemos por trascendencias referenciales de "cuarta mano" que construyen quimeras "obnubiladoras" de nuestro yo natural… He aquí, donde se inician las derivas erróneas que conducen, la mayoría de las veces a la confusión y al desconocimiento en profundidad de lo que somos… tanto como artistas, o como personas.  

Esta reflexión anterior, viene al caso porqué después de leer las referencias existentes a Joan Furriols (n. Vic, 1937) se apoderó de mi una sensación de deshonestidad… Sensación, originada por las intermitencias que la vida académica (que no la docencia) provocan en los procesos artísticos, de quien es artista y docente a la vez… y en ese, apercibirse, de que, el tiempo dedicado a las convenciones burocráticas, se ha llevado una gran parte del potencial de concentración rigurosa en el "hacer verdadero" que se sucede día a día en el estudio. Al mismo tiempo, la deshonestidad, se hace extensiva al percibir el ciego desconocimiento en profundidad del tiempo, el espacio, el proceso y la continuidad que configuran la obra de Joan Furriols y quizás, la de otros tantos que llevan a cabo un trabajo silente en avanzar el hecho artístico… tan cerca y tan lejos.  

A lo dicho, se añade la dificultad de hablar sobre un artista al que "prácticamente" se descubre y se dice todo sobre el, en cuestión de un año, habiendo permanecido relativamente ignorado tres cuartas partes de su vida. Desde el 2010 hasta hoy, el fenómeno Furriols, parece ser clarividente, hasta ayer era oscuro… más deshonestidad… por tanto, hasta no haber hablado y leído todo sobre el…no he podido completar mi propio mapa del territorio y eso gracias a los primigenios "exploradores y cartógrafos" del enigma, en especial y por proximidad a Rosa Queralt y ya más recientemente, a Àlex Mitrani, crítico de arte y comisario, que ama y percibe (me atrevo a decir) sobre todas las cosas la honestidad en el hecho artístico, ahí, es donde creo haber paliado un poco mi deshonestidad como "articulista". Gracias a todos…  

 

1. El inicio de una inquietud, la búsqueda como método  

Quien desee conocerse a si mismo, ha de abrirse al mundo
Quien desee conocer el mundo , ha de mirar en su interior.

A los 15 años, en 1952 se apercibe el inicio de la inquietud. Furriols, expone en una muestra colectiva de: l' Agrupació d' Artistes Roda de Ter.  

Casi de manera anecdótica, entabla amistad con unos discípulos de Torres García, provenientes de Montevideo, de paso en Vic. De ellos percibe de primera mano los conocimientos de obras realizadas según las reglas formales e ideológicas establecidas por el maestro "Catalán-uruguayo", siendo esta información de un valor incalculable en un momento en que toda información, provenía de escasas revistas, todas ellas en blanco y negro.  

En 1954, después de la exposición colectiva "Tort, Brugalla, Furriols"en Vic, aconsejado por su amigo y primer mentor local Josep Mª Selva (precursor del arte informal en la Cataluña central) se adscribe al grupo Els Vuit, fundado en 1946 (vigente hasta 1958), grupo heterogéneo, unido como respuesta al absoluto inmovilismo y ambiente cerrado de su entorno mas próximo a las nuevas tendencias artísticas.

Contra viento y marea, o sea, en uno de los ambientes más ferozmente hostiles al arte nuevo que se pueda imaginar, en Vich, José María Selva, fue el gran animador del Salón de los Ocho. Todos los epítetos insultantes, todos los argumentos a cual de ellos más arbitrario y violento, fueron esgrimidos para zaherir a aquella valerosa muchachada (Mylos, 1955).

Si consideramos que la presencia como artista de Joan Furriols, en el ámbito catalán, se produce a la temprana edad de 17 años, parece dar la razón a ese deseo de conocerse a uno mismo. Esta presencia y voluntad, se confirma en el VIII Salón de Octubre, integrado en la III Bienal Hispanoamericana de arte del 1955 de Barcelona. La participación de Joan Furriols en este Salón "integrado" en la III Bienal (primera Bienal 1951 Madrid), supone un abrirse al mundo a una edad temprana, en una manifestación artística (los Salones de Octubre de1948 a 1958) que además, se presentaba como un movimiento de respuesta al estancamiento artístico general del país.  

Pero no sería hasta el IX Salón de Octubre 1956, donde se manifiesta la rotundidad de Furriols en el tratamiento del espació y la materia su obra Blac i blau, presenta una síntesis incuestionable de forma y color, casi impensable para el momento, así pues ya en el último Salón en 1957, expone al lado de Ponç, Guinovart, Tapies, De Sucre etc.  

A partir de este momento, parece que la aceptación del arte no figurativo el país, juega un papel de carta de presentación del régimen como muestra de apertura a la comunidad occidental, por tanto las actividades, muestras y actividades en el extranjero promovidas oficialmente se multiplican. Esto supone a finales de los 50's una proliferación de lo abstracto, con la consecuente confusión que fuera de la bien fundamentada y constante aportación de algunos artistas, deviene en un academicismo de lo abstracto.  

Este extraño y complejo auge de la "comprensión" interesada (o no) de la modernidad, coge a Furriols demasiado joven en un territorio que no parece el más adecuado para los mas solitarios i/o reflexivos… el panorama artístico deviene un campo en el que poseer galería, participar en premios y concursos, así como rebajar posicionamientos demasiado extremos, se contrapone en cierta medida a la reflexión en profundidad, a un posicionamiento riguroso y de contención para establecer el ritmo propio necesario al desarrollo natural de un proceso culturalmente recién asimilado: la expresión pictórica i/o artística que vive de su propia esencia… materia y espacio.  

Así pues, frente al exceso de "ruido", Furriols opta por un re-plegamiento, trabajando de manera secreta…o mejor domestica, que según Mitrani (2010: 14), "No hay que confundir con un replegamiento Duchampiano… por descontado, en ese momento, a finales de los 50's el peso de las dificultades materiales para dedicarse al arte desde una posición investigadora, son mas que evidentes," la actitud de Furriols, viene por la necesidad de mantener el rigor y la exigencia que lo obligan a no comprometer su proceso frente a una "artisticidad" de superficie o una visibilidad a cualquier precio, de ahí la contención y el reencuentro con los postulados más íntimos… al parecer, cuando todo se vuelve aparentemente más fácil, es cuando se inician los espejismos que provocan la perdida. La búsqueda y el re-encuentro se establecen como método.  

 

2. Trazar el vacío, el plano y el pliegue  

El conocimiento temprano por parte de Furriols del estructuralismo de Torres García, de las propuestas matéricas de Tápies junto a sus primeras elecciones afectivas por Mondrian, Fontana o Miró, son indicios de que materia y espació, son ya el núcleo de la investigación propia. Una investigación, que necesita de la reflexión y meditación constante, lejos de las veleidades comerciales o de la baja mundanidad del ambiente artístico provinciano de un país aún deficiente en muchos sentidos… En cierta medida la consideración de la anomalía como elemento negativo, en el caso que nos ocupa, quizás se deba considerar como esa circunstancia, extrañamente positiva que facilita la creación de un espacio libre de la contingencia mediática, espacio que posibilita a Joan Furriols, investigar y generar dentro de un proceso ininterrumpido, unas esplendidas series de objetos rescatados de la más próxima cotidianeidad, sobre los cuales se hacen evidentes una continuidad de planteamientos estructurales y espaciales que junto a una trasmutación de la propia materia, mediante la aplicación de pigmentos o patinas líquidas o matéricas, elevan la condición humilde del objeto a fragmentos de memoria, de tiempo, a manera de poesía o símbolos que conjuran lo cotidiano para transformarlo en esa chispa que despierta el pensamiento: En los años sesenta Furriols inicia encuentra un terreno de experimentación personal en las maderas y las planchas de hierro horadadas, para seguir con los papeles doblados en los años ochenta y las composiciones de objetos con patinas pictóricas en los años noventa.  

En el tratamiento de cada una de estas superficies u objetos la atención hacia las leyes intrínsecas de cada forma, posibilita una delicada estructuración de los elementos transformadores, sean estos perforaciones o dobleces de las superficies, en esta cuidadosa atención y observación de los objetos y la forma, es donde se establece la investigación como método.  

En esta investigación, que mantiene las premisas de estructura, materia y espacio desde unas propuestas reductivas, se adivina una voluntad de trascender la bidimensionalidad, casi como un acto de hacer evidente la realidad más profunda i autentica de la forma, que no el deseo de realizar escultura, al girar, positivar o negativizar superficies, espacios, vacíos o llenos, parte siempre, de una relativa carga o descarga de materia que tiene mucho de pictórica… con la única diferencia que es el mismo cuerpo del objeto (de la forma) el que actúa como materia transformadora y constatación final en una muy sutil e inteligente confusión de géneros que sitúa a Furriols en el territorio continuado del "generar", desmarcándose de lo que podemos considerar como las disciplinas artísticas al uso…  

Otro aspecto importante, lo constituye la configuración espacial de los conjuntos y objetos investigados, esta se adecua más a una visión cenital, particularidad esta que configura una construcción del universo creativo de Furriols a vista de pájaro… Es un mundo construido desde arriba como el que observa una mesa de trabajo, a manera del demiurgo que observa la creación de su mundo particular. Es quizás por este cúmulo de circunstancias que las obras presentadas sobrepasan el aspecto formal, constituyendo agrupaciones y configuraciones en las que vacío y lleno establecen relaciones simbólicas que nos hablan de nuevas descripciones de lo existente; mundos, universos posibles que se ajustan a un plan pre-establecido, por eso los conjuntos u objetos, son ubicados sobre las superficies y espacios que los contienen, mediante unas plantillas – planos que forman parte inherente de la obra como tramas mentales y espaciales que conducen lo que pueda haber de azaroso hacia una ordenación que trasciende lo objetual de los elementos empleados y hace visible la realidad sensible que atesora cada momento de la cotidianeidad percibida.  

 

3. El sentido del orden, meditando la trascendencia  

Este sentido del orden, que conlleva traspasar la percepción formal, evoca en las creaciones de Furriols diagramas, motivos o registros codificados que a manera de enigmas nos incitan a un deseo de comprensión y de razonar, que se ve acentuado por su carácter de serialidad y suma de informaciones en continuidad, a modo de infinitud de posibilidades y manifestaciones de existencia (Figura 1).

 

 

Las creaciones de Furriols, son fruto de un proceso y trabajo intenso, que al final debe permanecer oculto. El aspecto cromático, por ejemplo, es muy importante. Insistimos en que son piezas que tienen color, su apariencia cromática casi imperceptible, se consigue mediante laboriosos procedimientos con sustancias y tintes constantemente matizados hasta dar a la superficie unas cualidades lumínicas, mates y discretas que recuerdan la atemporalidad material del mineral surgido de procesos telúricos o los acabados de fibras o materias naturales que captan la luz según su condición y composición, convirtiéndose en receptores i/o acumuladores de una matizada luminiscencia que a su vez habla de tiempo, memoria, uso o olvido.  

Si, lo material, trasciende lo formal hacia una realidad sensible y lo colorista, adquiere también, un valor más sensitivo que perceptivo, quizás nos encontremos ante esa trasmutación de lo evidente en lo trascendente de que hablan los dibujos o los poemas mediante un tiempo detenido de percepción y apreciación… En definitiva, tanto la ubicación de los elementos o seriaciones de objetos en la superficie a vista de pájaro, tiene mucho de dibujo en el espacio al que las patinas de matizado color, añaden el peso sensible, como de igual modo sucede con el rasgado del papel, el doblez o el preciso corte en la madera… casi sin material, se compone un universo sobre la lógica de la sugerencia espacial y mental.  

Es a partir de finales de los 90's, que las obras de Furriols toman un aspecto más grave y solemne traduciendo preocupaciones trascendentes, con aparentes ecos religiosos. Aparecen formas en cruz y claveteados como en los fetiches africanos a la vez que recupera la densidad del negro de sus principios informalistas, esta, deviene como materialización de la oscuridad, como negativo del espacio o de la materia, que confirma con la utilización de tupidas espumas embebidas de negro, que debido a sus posibilidades texturales, actúan como absorbentes de luz o receptores de múltiples incisiones o erosiones. Hay en ello una cierta idea de dolor espiritual, como premonición de oscuridades venideras (Figura 2; Figura 3 e Figura 4; Figura 5; Figura 6).

 

 

 

 

 

La densidad del negro solidificado, es también según apunta Mitrani (2010: 18), "una especie de concreción a escala reducida del vacío que provocan las grandes preguntas sobre la existencia, el espacio o el cosmos." Las continuadas acciones de estructuración, re-ordenación y conocimiento, tanto de la materia como del espacio, conllevan la presencia de los valores contrarios como bien advertía Calvino en las seis propuestas para el próximo milenio. En definitiva desconocimiento y desmembración de lo que somos, como un misterio ignoto, que no se puede nombrar pero que todos intuimos y tememos al final del transito terreno. Furriols como artista, asume la pregunta y la explora poéticamente y se enfrenta a través del símbolo, sabiendo que tan sólo así, encontrará la posibilidad de dar sentido a la vida.  

En el contexto actual, la obra de Furriols, adquiere doble sentido y valor, en primer lugar, se nos aparece como una invitación a la meditación silenciosa y severa. I en segundo lugar como una mirada irónica al exceso de superabundancia, frivolidad i falsedad que pueblan nuestro entorno. Furriols, nos muestra que lo sencillo puede ser trascendente i la verdad de lo que vemos y percibimos, esta poblada de sensibilidades que no han de ser complacientes ni paternalistas… La vida en sí.  

 

Referencias:  

Mitrani, Alex (2010) El lloc del temps. Catalogo de la exposición Joan Furriols. Barcelona: Centre d'Art Tecla Sala, l'Hospitalet de Llobregat del 3 de febrero al 30 de maig de 2010.         [ Links ]  

Mylos, Sebastià Gasch (1955) "En el taller de los artistas: con Joan Furriols." Barcelona: Revista Destino, 19 noviembre.         [ Links ]  

 

Endereço para correspondência

Correio eletrónico: pmontoyah@gmail.com (Josep Montoya).

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