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Observatorio (OBS*)

versión On-line ISSN 1646-5954

OBS* vol.14 no.1 Lisboa mar. 2020

https://doi.org/10.15847/obsOBS14120201491 

Gestión de la política española en YouTube. Una asignatura pendiente

 

Management of Spanish politics on YouTube. A pending issue

 

 

Marta Gil Ramírez*, Ruth Gómez de Travesedo Rojas*

*Universidad de Málaga, Spain

 

RESUMEN

El ecosistema mediático digital ha reconfigurado el modo en que la esfera política se relaciona con la sociedad civil, abriendo nuevas vías de interacción entre ambas. Esta investigación examina, mediante análisis de contenido cuantitativo y descriptivo, la gestión que realiza la política española de los vídeos publicados en YouTube. Los resultados demuestran importantes carencias en el ámbito político en cuanto al control de los contenidos y al tratamiento de la imagen que se proyecta en la plataforma, evidenciando un uso incipiente e ineficaz del canal digital como potencial medio para la interacción y el diálogo democrático con los ciudadanos.

Palabras clave: Comunicación política, YouTube, medios digitales, interacción.

 

 

ABSTRACT

The digital media ecosystem has reconfigured the way in which the political landscape interact with civil society, opening new ways of interaction between both. This research studies, through quantitative and descriptive content analysis, the management of videos published on YouTube from the Spanish politics. The results show important deficiencies in the political sphere in terms of content control and the treatment of the image projected on the platform, highlighting an incipient and inefficient use of the digital channel as a potential media for interaction and democratic dialogue with the citizens.

Keywords: Political communication, YouTube, digital media, interaction.

 

 

Introducción y estado de la cuestión

Cambios en el modelo de consumo mediático

El consumo de información a través de los medios tradicionales ha perdido protagonismo en favor del uso ciudadano de los nuevos medios digitales [1], especialmente motivado por las posibilidades de difusión, interacción y consumo que introducen las redes sociales. La transformación digital trae consigo nuevas formas de contar historias, renovadas modalidades expresivas y complejos sistemas de interacción comunicativa (López García, Westlund, y Silva, 2015). La web 2.0 introduce silenciosa e imparablemente un cambio de paradigma cultural (Congosto, Fernández y Moro, 2011) en el que las tecnologías han convulsionado las bases, relaciones y equilibrios sobre los que se asentaba la creación-producción y la distribución de la comunicación en la etapa anterior (Bustamante, 2011).

Hace apenas dos décadas, como recuerdan Gil y Gómez de Travesedo (2018, p.7) "un consumo tipo podría representarse en una persona que leía el periódico a primera hora, veía el telediario en su edición del medio día o de la noche y escuchaba algún boletín radiofónico a lo largo del día". La llegada de Internet supuso un primer revulsivo al ser el ciudadano-usuario el que accede a la información en función de sus gustos e intereses y en el momento que elige. En un inicio, el acceso se realizaba a través del PC u ordenador de mesa, pero la tecnología no tardó en posibilitar el consumo de información desde cualquier espacio. Los portátiles, tablets y smartphones han sido claves en la evolución del sistema mediático en general y del consumo informativo en particular. Actualmente, "el usuario (…) ya no va a la búsqueda de información, sino que la información va en busca del usuario y lo encuentra en un punto concreto de su itinerario" (Márquez, 2017, p. 67).

La mayoría de personas y especialmente las nuevas generaciones –nativos digitales–, emplean a diario los dispositivos móviles como herramienta de consulta e interacción con el mundo que les rodea. En España, los smartphones son ya, como indican Varona, Sánchez y Arrocha (2017) el principal medio de acceso a Internet. Resina de la Fuente (2010) incide en el hecho de cómo el uso de las redes sociales ha desbancado a la televisión como medio de información predominante entre los jóvenes, configurándose una realidad social en la que Internet cada vez tiene mayor presencia y en la que las nuevas generaciones lo utilizan como fuente de información preferente.

La penetración de espacios como Facebook, Twitter o YouTube supone un fenómeno que se ha de tener en cuenta en la reconfiguración del sistema comunicativo, dado que estas herramientas de consumo y difusión de contenidos han propiciado que los usuarios, además de simples receptores, se conviertan en actores activos y reivindicativos (Congosto et al., 2011). Esta transformación en el rol que tradicionalmente ha tenido la sociedad civil, "ha implicado una variación en la naturaleza de las relaciones sociales, hasta el punto de que algunos autores hablan de una 'sociedad red'" (Resina de la Fuente, 2010, p. 146).

 

Cambios en las relaciones de poder

El ámbito de la política no es ajeno a los cambios que las nuevas tecnologías imponen al sistema mediático [2]. El espacio digital funciona, cada vez más, como instrumento de acceso a la información de carácter político (Resina de la Fuente, 2010). Así lo constatan Varona et al. (2017) que apuntan a la información política como una de las más demandadas por los usuarios de smartphones, por encima de noticias económicas, de deportes o culturales.

En la triangulación que configura la tradicional Comunicación Política, esto es, las esferas política, mediática y pública, las relaciones de poder recaían, hasta la llegada de Internet, sobre los dos primeros vértices. Políticos y medios de comunicación ostentaban la hegemonía del discurso, frente a una ciudadanía sin apenas opciones de participación. Los socialmedia modifican esta jerarquía posibilitando a la sociedad civil intervenir de forma directa en la información política que circula a través de la web 2.0.

Tras una época marcada por la desafección política, y teniendo en cuenta la desatendida necesidad ciudadana de contribuir en el devenir de los asuntos públicos en la era pre-Internet, la interacción que ofrecen las redes sociales ha hecho tambalear el monopolio de la información.

Actualmente el prosumidor –political prosumption (Hershkovitz, 2012) en comunicación política– es una pieza central, hegemónica (Berrocal, Campos y Redondo, 2014) en la configuración de la información que circula a través de los socialmedia. En este contexto mediático, el ciudadano no solo recibe información, sino que puede también construirla y emitirla (Almansa y Castillo, 2014) en una cantidad sin precedentes (Berrocal et al., 2014).

Ahora bien, aunque gran parte de la literatura científica se centra en el protagonismo del ciudadano ante la inédita posibilidad de producir contenidos políticos en las redes sociales, no habría que perder de vista que, los medios de comunicación (tradicionales digitalizados y nativos digitales) y la clase política, tienen las mimas opciones que la esfera pública de participar, intervenir e influir en el espacio público digital. Se constata la implantación y ascenso de espacios online que facilitan la comunicación de tú a tú, sin jerarquías, entre los ciudadanos y los representantes políticos (Catalina, López de Ayala y Fernández Fernández, 2015).

El esquema de las interrelaciones que se producen en Comunicación Política habría evolucionado así, hacia un nuevo escenario donde "la abundancia de información predomina frente a la escasez (y) la difusión de noticias de muchos-a-muchos (many-to many) frente a la transmisión de uno-a-muchos (one-tomany)" (Feenstra y Casero, 2012, p. 131). El entorno comunicativo digital potencia que el poder político pueda contactar de forma directa y sin el filtro periodístico con la sociedad civil, en un intercambio de información bidireccional (Almansa y Castillo, 2014; López Meri, 2016). Como hace años apuntaba Dader (2009, p. 48), "la pretensión de soslayar a los intermediarios mediáticos en la relación entre gobernantes y gobernados parece avanzar de forma creciente".

 

 

La esfera política, en su faceta prosumidora, cuenta por tanto en el entorno digital con renovadas opciones para la interacción y el intercambio con la esfera pública.

La Comunicación Política 2.0 alude a las inéditas relaciones que se producen en lo que diversos autores vienen denominando en los últimos años ciberpolítica (Cotarelo, 2013), ciberdemocracia (Dader y Campos, 2006) o democracia deliberativa cibernéticamente alimentada (Dader, 2009).

Desde este prisma, tendríamos en los socialmedia un ambiente propicio para una mayor implicación y compromiso tanto de la clase política como de la sociedad civil, con lo que parece lógico pensar que el poder político pueda aprovecharse de los avances tecnológicos para atender la histórica necesidad de feedback con la esfera pública (Almansa y Castillo, 2014). En los inicios de Internet, Del Moral (2006) [3] vaticinaba las posibilidades de esta tecnología para una nueva práctica democrática si, ciudadanos y partidos políticos se implicaban en una participación activa en el incipiente medio Red.

La transformación comunicacional que supone primero la emergencia y después la penetración progresiva de los socialmedia "ha atraído la atención de los investigadores en cuanto que son herramientas que potencialmente pueden incitar a la implicación activa del ciudadano en lo público y en lo político" (Catalina et al., 2015p. 758). Sin embargo, pese a que parecen darse las condiciones para una mayor interacción política-ciudadanía facilitada por los medios digitales y las redes sociales, la mayoría de los estudios recientes que abordan a nivel empírico esta cuestión constatan la falta de aprovechamiento por parte de los líderes y partidos políticos de estos canales de comunicación.

Atendiendo a las redes sociales más populares en España: Facebook, Twitter y YouTube, los trabajos de Ballesteros y Diez (2018), Fenoll y Cano (2017), Muñiz, Dader, Téllez y Salazar (2016), Rodríguez Fidalgo, Ruiz, Paíno y Jiménez Iglesias (2017) y Tuñez y Sixto (2011), entre otros, abordan el fenómeno en Facebook concluyendo en esta dirección. Por su parte, Twitter es la red social más examinada en cuanto al objeto que nos ocupa. Pese a que la tendencia generalizada detectada es la misma (falta de aprovechamiento por parte de la clase política) (Alonso, Marcos y Casero, 2016; Catalina et al., 2015; Congosto et al., 2011; López Abellán, 2012; López Meri, 2016; Polo y Cárdenas, 2014 [4]), en el espacio de microblogging encontramos algunos atisbos de una interacción inicial entre gobernantes y ciudadanos (Criado, Martínez Fuentes y Silván, 2013; Jivkova, Requeijo y Padilla, 2017; Miquel, Alonso y Marcos, 2017). Otras investigaciones abordan Facebook y Twitter conjuntamente (Abejón, Sastre y Linares, 2012; Espino, 2014) y encontramos también ejemplos en los que el análisis se realiza en websites o blog, de forma aislada o junto a otras redes sociales (Almansa y Castillo, 2014; Aparaschivei, 2010; Dader, 2009; Deltell, 2012; Mascheroni y Matoni, 2012). Pero en todos estos últimos trabajos, las conclusiones apuntan en la dirección mayoritaria: hacia un uso político unidireccional y pasivo de estas plataformas digitales.

YouTube es sin duda, pese a ser uno de los espacios con mayor actividad [5], la red social donde este aspecto ha sido menos indagado. Los trabajos empíricos que abordan el uso que el poder político realiza de este canal online son aun escasos. Las investigaciones de Berrocal, Campos y Redondo (2012a; 2012b; 2014), Berrocal, Gil y Campos (2016) y Berrocal, Martín y Gil (2017) constituyen un referente de los estudios que examinan algunos de los aspectos de la comunicación política que se consume y difunde a través de YouTube. Aunque centrados en el análisis del infoentretenimiento, apuntan igualmente a una escasa participación e implicación de la esfera política en esta red social. Otra investigación que permite profundizar en el uso que los gobernantes hacen de YouTube es la de Vázquez Sande (2016), que aborda las elecciones municipales gallegas de 2011, evidenciando una tendencia embrionaria al recurso de contenidos personales en forma de relato. Cabe destacar igualmente, la aportación de Rodríguez Breijo, Gallardo y Sierra (2018) en la que se contextualizan distintos aspectos de la información política que circula en YouTube y, como novedad, se compara el peso de este tipo de contenidos con el resto de temáticas de la plataforma. Por último, los recientes trabajos de Gil (2019a, 2019b) contribuyen a esclarecer el uso que la esfera política hace de la plataforma de vídeos online, constatando que la clase política no participa del nuevo modelo de convergencia que posibilita YouTube.

En el ámbito internacional, la mayoría de los trabajos académicos en los últimos años (Borah, Fowler, y Ridout, 2018; Sohal, y Kaur, 2018; Vesnic y Van Bauwel, 2014) se han centrado en el análisis de la publicidad política en esta red social en distintos contextos electorales, ahondando en la naturaleza y tipología de este tipo de contenidos.

Ante este estado de la cuestión y en línea con la propuesta de Muñiz et al. (2016, p. 147), esta investigación pretende contribuir a la constatada necesidad de "abordar esta vertiente de la realidad política de los medios sociales, en la medida en que su uso por parte de los candidatos, políticos y/o gobernantes puede ser uno de los focos actuales más importantes de creación de opinión pública" y sumar al incipiente abordaje científico del uso de YouTube como herramienta estratégica en comunicación política, frente a otras redes sociales donde este aspecto ha sido más examinado. También es habitual, como se constata en la revisión de la literatura, analizar este aspecto en periodos electorales, por lo que este trabajo busca abonar el terreno menos explorado, de la denominada campaña permanente.

 

Objetivos Generales y Específicos

El objetivo general de esta investigación es conocer la gestión que los partidos políticos españoles realizan de la información que se difunde y consume a través de YouTube.

Atendiendo a este objetivo general y a la revisión teórica reflejada, proponemos los siguientes objetivos específicos:

O1.- Analizar el nivel de producción de contenido en YouTube de las formaciones políticas españolas. En este sentido, se plantea la comparación de la actividad de la esfera política frente a la mediática y la pública.

O2.- Examinar la interacción que se produce entre política y ciudadanía a través de la comprobación de los siguientes ítems: reproducciones, comentarios, "me gusta" y "no me gusta". En este apartado se pretende igualmente monitorizar las veces que un político a nivel particular o un partido reaccionan a los comentarios que generan los vídeos.

O3.- Recoger la temática  y el sesgo (positivo, negativo o neutro) del contenido de los vídeos. El análisis se realiza en un contexto político en el que la sentencia del caso Gürtel, la propuesta de moción de censura por parte del PSOE y la compra del chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero centran el interés de la agenda mediática. Se persigue comprobar, sobre estos temas, que postura se impone en los contenidos de YouTube y a qué partido favorece o perjudica, entendiendo que la formación que logra imponer su enfoque (frame) estratégico ostenta una mejor gestión frente al resto.

 

Metodología

La investigación realizada es un análisis de contenido cuantitativo-cualitativo de la gestión de la esfera política española en YouTube mediante el análisis de 80 vídeos que se corresponden con los 20 considerados por la plataforma como "más relevantes" bajo las etiquetas Partido Popular, PSOE, Ciudadanos y Podemos. El filtro empleado (más relevantes):

Tiene en cuenta la adecuación de los metadatos del vídeo con los ítems que orientan la búsqueda. Los factores que influyen en el posicionamiento del vídeo son el número de visualizaciones, la interacción que registra el vídeo ("me gusta" y comentarios), el tiempo que invierte el usuario en ver el contenido, la antigüedad, actividad del canal, el número de visitas del conjunto de vídeos que aloja el canal y suscriptores que haya conseguido. (Sánchez e Hidalgo, 2016, p. 121)

 

Empleando este criterio, tratamos de atender a los múltiples parámetros que recoge y evitar la simplificación a la que someteríamos la muestra si aplicáramos en exclusiva alguno de los factores particulares. Entendemos que se ofrece así mayor estabilidad al corpus en función de los objetivos propuestos.

La muestra se recoge el 28 de mayo de 2018, entre las 15:00 y las 19:00 horas. Se obtienen los siguientes resultados filtrados: para Partido Popular, 84.800 entradas; 578.000 para PSOE, para Ciudadanos, 1.160.000 y 3.910.000 para Podemos. Tras el registro inicial, se toma como nuevo criterio de filtro, atender en cada caso a los 20 vídeos más veces reproducidos. Esta delimitación resulta coincidente con estudios previos de amplia difusión académica (Berrocal et al., 2014; 2016; 2017; Pérez, Pastor y Abarrou, 2018) que examinan distintos aspectos en contenidos de YouTube tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. La muestra final supone la visualización y análisis de 1.077 minutos de audiovisual.

En el caso de Ciudadanos y Podemos, al tratarse de dos palabras que abarcan muchos otros significados distintos al estrictamente político, se obtuvieron algunos resultados ajenos a las formaciones. En relación a Ciudadanos se descartó un vídeo por este motivo, incluyendo en la muestra el inmediatamente posterior que sí versaba sobre el partido naranja. En la recogida de la muestra relativa a Podemos ocurrió esto mismo en cuatro ocasiones, procediendo del mismo modo.

En el transcurso de la investigación y la revisión por parte de los diferentes codificadores se descartan tres contenidos por los siguientes motivos: el usuario ha eliminado el vídeo [6], se ha cancelado la cuenta de YouTube asociada al vídeo [7] o el vídeo no se carga [8], tras lo que el corpus a examen queda delimitado a 77 vídeos.

De forma adicional, completan la muestra el análisis de los canales de YouTube de las formaciones políticas objeto de estudio (Partido Popular, PSOE, Ciudadanos y Podemos), en los que se examinan y comparan a nivel cuantitativo los siguiente datos: la fecha de inicio, el número de visualizaciones acumuladas, el número de suscriptores y el número de vídeos publicados; así como 17.294 comentarios realizados a los 77 vídeos analizados en los que se observa la identidad digital (nombre e imagen) de quienes participan en la conversación con el objetivo de constatar la posible participación de alguno de los cuatro partidos políticos examinados o de sus líderes.

Atendiendo a la estadística descriptiva (Berger, 2015; Daymon y Holloway, 2010), el corpus seleccionado posee representatividad mediática suficiente, siendo posible utilizar los resultados como patrón en futuros modelos predictivos con análisis de tipo inferencial y muestras más amplias (Berrocal et al., 2017).

La elección de YouTube y no de otro tipo de red social, viene determinada por ser esta plataforma la que cuenta con un abordaje científico más incipiente en cuanto a la interacción entre las esferas política y ciudadana. Este hecho está, quizás, relacionado con que, en otras redes sociales, distintas aplicaciones (véanse por ejemplo: Trendsmap, Blitzmetric, Twtrland, Wisemetrics, TweetReach) facilitan la labor investigadora ofreciendo métricas de un amplio abanico de datos a nivel cuantitativo. No ocurre así en YouTube. Como constata Deltell (2012, p. 9) en su trabajo sobre las estrategias de comunicación política implementadas por Equo en Facebook, Twitter y YouTube durante la campaña de las elecciones españolas de 2011, la plataforma de vídeos "es de todas las herramientas analizadas la más compleja para evaluar". Tal vez, la complejidad del análisis del audiovisual en YouTube justifique el empleo de muestras más reducidas que en las otras dos redes sociales, al tratarse de estudios de carácter más intensivos que extensivos.

En esta investigación la base de datos se confeccionó de forma manual, estableciendo listados con los enlaces, disponibles en cualquier momento, a los contenidos de los vídeos analizados, así como tablas que permitieran la codificación y registro de los datos a examinar.

Como se ha apuntado supra, no se pretende el examen de ningún periodo temporal concreto, sino el análisis de un espacio aleatorio durante campaña permanente, entendiendo que, actualmente y dado el convulso escenario político de los últimos años, los partidos dedican en los momentos de tránsito entre unas y otras elecciones, prácticamente los mismos esfuerzos para fidelizar simpatizantes y obtener nuevos adeptos (votantes), que en situaciones de campaña electoral.

La ficha de análisis contiene variables y categorías cuya inclusión se apoya en la pertinencia al objeto de estudio constatada en trabajos previos (Berrocal et al., 2012a; 2012b; 2014; 2016; 2017), adaptándolas a las peculiaridades y propósitos de esta investigación concreta. Así, la confección de la plantilla responde a las siguientes preguntas de investigación:

 

- ¿Cuál es la situación de partida de los canales de YouTube de los partidos políticos objeto de estudio? ¿Existen diferencias significativas entre los datos que se desprenden de cada uno de estos canales?

En relación a los vídeos "más relevantes" bajo las etiquetas propuestas:

- ¿Quién es el autor del vídeo? Que se concreta en la siguiente: ¿Quién publica el vídeo en YouTube: usuario común, medio de comunicación, partido político?

- ¿Cuál es el nivel de interacción que generan los vídeos?  Lo que se mide a través de las siguientes preguntas: ¿Cuántas reproducciones, número de comentarios, número de "me gusta" y número de "no me gusta" acumulan? ¿Cuántas intervenciones se producen, por parte de la esfera política, en los comentarios que generan los vídeos?

- Finalmente, ¿qué reflejan los vídeos? Con los interrogantes que siguen: ¿Cuál es la temática del vídeo? ¿Cuál es el sesgo (positivo, negativo o neutro) del vídeo respecto a la formación política que protagoniza la etiqueta? Indudablemente, el análisis de la variable "sesgo" (enfoque, frame) conlleva una interpretación cualitativa siempre dependiente de la mirada del receptor y nunca inmutable, con lo que parece oportuno matizar que los tres posibles valores que se proponen, ampliamente empleados en la literatura precedente (véanse a modo de ejemplo Berrocal et al., 2017 o Montes, García Jiménez y Menor, 2018 –bajo la denominación "orientación"–) se examinan atendiendo al proceso de selección/codificación del contenido por parte del emisor y se entienden, en esta investigación, del siguiente modo:

• Sesgo positivo: aquellas informaciones que, bien por su temática o bien por la forma en que se producen/editan/enmarcan, favorecen la imagen del político o del partido sobre el que versa el vídeo.

• Sesgo neutro: aquellos contenidos donde priman los datos objetivos carentes de tendenciosidad y que, por tanto, no alteran la imagen que se transmite del político o del partido sobre el que versa el vídeo.

• Sesgo negativo: aquellas informaciones que, bien por su temática o bien por la forma en que se producen/editan/enmarcan, perjudican la imagen del político o del partido sobre el que versa el vídeo.

 

La plantilla de análisis está confeccionada a partir de variables independientes y dependientes, con posibilidad de respuesta múltiple o dicotómica. La ficha fue aplicada por dos codificadoras (las autoras de esta investigación) con un índice de concordancia sustancia (K= 0, 76).

 

Resultados

El examen de los datos recogidos en el canal de YouTube de cada uno de los partidos políticos analizados, nos ayuda a situar la posición global de partida de la gestión que estas formaciones desarrollan sobre el contenido que se difunde y consume en la plataforma social.

 

 

Llama la atención el hecho de que Podemos, pese a incorporarse ocho años después que el resto de partidos a la plataforma de vídeos online, supere a PP y PSOE y casi iguale a Ciudadanos en número de visualizaciones acumuladas. Igualmente, la formación morada acumula más suscriptores que ningún otro partido, despuntando de forma significativa. El número de vídeos publicados resulta escaso en todos los partidos si lo relacionamos con la fecha de inicio de los canales y el periodo transcurrido (una media de 12 años en el caso de PP, PSOE y C'S y poco más de 4 años en el caso de Podemos). Ciudadanos es el grupo político más activo en este sentido con 1,9 vídeos subidos por día y resulta destacada la baja cifra que registran las otras tres formaciones: 0,9 vídeo/día PP y 0,8 vídeo/día tanto PSOE como Podemos. En cualquier caso, en términos generales y observando el conjunto de las cifras, en YouTube, los llamados en sus inicios partidos emergentes sacan ventaja a la "vieja política" en cuanto a la actividad que registran sus canales.

 

Participación de la esfera política en YouTube

Para conocer la participación de la esfera política en los vídeos analizados resulta útil examinar, por un lado, quién publica el vídeo y, por otro, quién crea el contenido del mismo (cuál es su procedencia original).

Los 77 vídeos analizados se corresponden con 37 titulares de cuentas de YouTube, dado que muchos de ellos "suben" a la red más de un vídeo. Entre estos, distinguimos 3 partidos políticos, 17 medios de comunicación y 17 usuarios comunes. El PSOE es la única formación política que no publica contenido. En relación a los medios de comunicación, cabe destacar la presencia de 3 extranjeros (RT en Español –ruso–, Hispan TV –iraní– y Sun News TV –venezolano–). En los usuarios comunes, que representan a la esfera pública, diferenciamos entre los que denominamos "particulares": aquellos que ofrecen algún dato que los identifica como dueños del canal a título propio (41%); y los que mencionamos como "anónimos": usuarios que no ofrecen información sobre sí mismos o sobre su cuenta de YouTube (59%).

Veamos ahora como se distribuye el número de vídeos publicados (77) por estos 37 titulares de cuentas entre las tres esferas –política, mediática y pública–.

 

 

La actividad de los usuarios comunes resulta hegemónica en relación a los vídeos publicados (51%). Los medios de comunicación también mantienen un porcentaje significativo en este ítem (36%), mientras que los contenidos publicados por partidos políticos suponen un residual 13%. Centrándonos en la participación de la esfera política, de las tres formaciones que publican vídeos, 3 corresponden a Partido Popular, 6 a Podemos y 1 a Ciudadanos. Resulta destacado el hecho de que los 3 contenidos publicados por PP, los encontramos bajo la etiqueta de búsqueda que corresponde al nombre de la formación. Lo mismo ocurre en el caso de Ciudadanos. Sin embargo, Podemos consigue posicionar 2 de los 6 vídeos publicados fuera de su propia etiqueta de búsqueda, es decir, la formación morada publica uno de los contenidos que aparece entre los "más relevantes" para la búsqueda "Partido Popular" y otro en la etiqueta "PSOE". Este hecho encuentra explicación en el título que el partido liderado por Iglesias otorga a los vídeos: "Pablo Iglesias desmonta la 'honradez' del Partido Popular" y "Valoración de Pablo Iglesias de la moción de censura registrada por el PSOE". Al incluir tanto el nombre del líder de la formación propia, como el nombre del partido político "contrario", Podemos logra aparecer en el listado de los vídeos más destacados de quienes han buscado en YouTube contenidos relativos a PP o PSOE. Este no es un detalle baladí si se entiende como una herramienta para el posicionamiento de la comunicación política en el entorno digital y debería ser, a nuestro juicio, un aspecto a tener en cuenta por parte de los gestores de comunicación y marketing de los partidos políticos.

Otro aspecto desde donde se puede observar la participación de las formaciones políticas es el origen del material difundido en la plataforma. En este sentido es interesante distinguir entre contenidos que trasladan a YouTube fragmentos o programas completos emitidos en medios de comunicación tradicionales (identificables por el logo de la cadena o empresa mediática) y vídeos que recogen actos de los partidos políticos emitidos en directo en la plataforma social o grabados-producidos por la esfera política y "subidos" ad hoc (ya sea por el propio partido o a través de usuarios comunes que, de un modo u otro, se hacen con material procedente del ámbito político). El número de contenidos que hayan logrado posicionarse en YouTube y cuyo origen proceda de la esfera política, nos permitirá seguir profundizando en la gestión y el nivel de participación de esta.

De los 77 vídeos examinados, 41 tienen su origen en algún programa de televisión (principalmente informativos) o de radio (grabado en formato audiovisual) y 16 proceden de material propio de los partidos políticos. De estos, 6 se corresponden con emisiones en directo a través del canal de YouTube de alguna de las formaciones, en 5 casos se trata de actos de partido "subidos" de forma íntegra o fragmentada, sin ningún tipo de "mosca [9]" mediática y con una duración superior a la que suelen emplear los medios de comunicación convencionales en sus emisiones, y en 5 ocasiones se identifica que el material procede de partidos políticos por llevar el logo (oficial) de la formación sobreimpresionado. Cabe destacar que, de las 6 emisiones en directo, 5 corresponden a Podemos y 1 a Ciudadanos. En cuanto a la difusión de actos institucionales, 3 proceden de la formación naranja, 1 de PP y 1 de la formación morada. El logo del Partido Popular aparece sobreimpresionado en 3 de los contenidos cuya procedencia se identifica de la esfera política, el logo de Ciudadanos en un vídeo y el logo de Podemos en otro.

Los 20 vídeos restantes están compuestos, en 18 casos, por distintos materiales (fotografías, locuciones, infografías, grabaciones) elaborados para ser difundidos específicamente en YouTube [10] y, en 2 ocasiones, por imágenes grabadas por el móvil de un particular.

 

 

En términos globales, el origen mayoritario del material de los vídeos analizados corresponde a medios de comunicación (53%), seguido de los contenidos cuyo material se ha elaborado/manipulado específicamente para ser difundido a través de YouTube (26%) y por último de aquellos vídeos cuyo material procede del ámbito de la política (21%). Se confirma, en este sentido, la tendencia a la que apuntan Berrocal et al. (2012a; 2012b; 2014): la mayor parte de los vídeos políticos publicados en YouTube tiene como material de base imágenes procedentes de los medios de comunicación tradicionales, produciéndose una "transmediación" de los "viejos" a los "nuevos" modos de comunicación.

 

Interacción de la esfera política en YouTube

Para medir la interacción que se produce entre política y ciudadana en YouTube, acudimos, en primer lugar, a los datos relacionados con número de reproducciones, comentarios, "me gusta" y "no me gusta" que acumulan los vídeos más relevantes en relación a cada uno de los partidos políticos analizados. Al emplear el filtro "relevancia" que YouTube propone por defecto y que contempla diversos factores en el posicionamiento, entre ellos "la antigüedad" del vídeo, nos encontramos que medir las variables de interacción comparando contenidos entre los que existen años de distancia, no arrojaría resultados fiables (aquellos vídeos más antiguos cuentan con un espacio temporal mayor para acumular cifras). Por ello, en el examen de estos datos cuantitativos, nos ceñimos a los 7 vídeos más actuales del listado que propone la búsqueda para cada uno de los partidos objeto de estudio. De este modo, los 28 vídeos analizados están publicados en YouTube entre el 30 de marzo y el 28 de mayo de 2018.

 

 

Los vídeos que YouTube recoge bajo la etiqueta "Ciudadanos" son los que mayor número de reproducciones reciben. Los usuarios que buscan en la plataforma contenido relacionado con "Podemos" son los que mayor número de comentarios realizan a los vídeos. En cuanto a la reacción positiva o negativa (me gusta/no me gusta) que los contenidos provocan en quienes los visualizan, destacan igualmente "Ciudadanos" y "Podemos" obteniendo los resultados más altos. Si bien es cierto que "Podemos" obtiene el mayor número de "no me gusta", lo que se puede interpretar como perjudicial para la formación morada, la cifra supone, en cualquier caso, que los contenidos bajo esta etiqueta han estimulado una mayor acción por parte de los usuarios de la red social. Se podría traer aquí a colación la popular expresión publicitaria "que hablen de mí, aunque sea mal".

Nos centramos a continuación en los comentarios realizados a cada uno de los vídeos analizados (77), en los que se ha monitorizado la imagen y el nombre de los usuarios que participan de la conversación, tratando de detectar la presencia de alguna de las formaciones y/o líderes políticos objetos del estudio. Se descarta un vídeo en el que quien lo publica ha desactivado la posibilidad de comentar [11]. Por otra parte, 3 vídeos (1 de PP, 1 de PSOE y 1 de Ciudadanos) presentan 0 comentarios. De los 73 vídeos que sí permiten y recogen la opinión de quienes participan de la conversación, 4 superan los 1.000 comentarios (3.662 recibe un vídeo de PP, 1.765 y 1.772 dos de los contenidos relacionados con Ciudadanos respectivamente y 2.119 un vídeo sobre Podemos). En estos supuestos se monitorizan las 1.000 primeras entradas, entendiendo que este tope es suficientemente amplio como para no desestabilizar la muestra que queda configurada del siguiente modo:

 

 

En esta investigación no se ha entrado a valorar el contenido de los comentarios, limitándonos a constatar la presencia o no, en el nombre o la imagen, de alguno de los 4 partidos políticos analizados o de sus líderes. En ninguna ocasión, de los 17.294 comentarios monitorizados, el usuario se corresponde con PP, PSOE, Ciudadanos o Podemos, ni con Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera o Pablo Iglesias, al menos, bajo estas rúbricas.

Cabe destacar algunos casos particulares. Bajo la etiqueta "Partido Popular" un usuario emplea el nombre de "M. Rajoy [12]" y una caricatura de éste como imagen de presentación. Otro usuario utiliza una fotografía de Pedro Sánchez bajo el nombre "Pedro Sánchez A.K.A Rojazo [13]".

La etiqueta "PSOE" no recoge ningún usuario que emplee la identidad de personajes de la política española para presentarse ante los demás, pero sí de la política internacional, con el uso de una fotografía de Trump [14] o el nombre de Vladimir Putyn escrito con "y griega" en lugar de "i latina [15]".

Respecto a la identidad de quienes comentan los vídeos sobre "Ciudadanos", destaca la de un usuario que elige denominarse "Pedro sanchez [16]", dejando el apellido en minúsculas y sin acento o la de otro que opta por presentarse con la imagen de Franco y bajo la denominación "Arriba España [17]".

En la etiqueta "Podemos", su líder es caricaturizado en su identidad política a través de dos usuarios. Uno ironiza con el hecho de la compra del chalet presentando a Iglesias como el "duque de Galapagar [18]", lo que refuerza con una imagen de este, con chaqueta y pajarita, portando lo que parece una botella de champán. Otro, caricaturiza la imagen del líder de la formación morada, acompañándola con el nombre "Contra Podemos [19]". La identidad del presidente norteamericano también se utiliza en esta etiqueta, en este caso cambiando su pelo por el del líder norcoreano Kim Jong-un [20] (el encuentro entre ambos tiene lugar durante el desarrollo de este análisis).

 

 

El anonimato que permite YouTube en el momento de crear un canal, dificulta notablemente confirmar la identidad real de sus titulares. En el caso de los ejemplos comentados, se entiende que se trata de usuarios comunes y no de representantes públicos, atendiendo al escaso o nulo número de suscriptores y de contenido publicado, así como a la actitud irónica y burlesca hacia la política que refleja el uso de la deformación (ridiculización) de la imagen o el nombre de los líderes políticos. En cualquier caso, también cabe la posibilidad de que sean los gestores de comunicación y marketing los que estén detrás de la publicación en busca de una viralidad natural (Alves da Silba y Tárcia, 2014). Estos ejemplos invitan, por tanto, a la reflexión sobre la extendida creencia de la existencia del denominado fenómeno trolling, que permite a los usuarios, bajo el disfraz de un nombre y fotografía cualesquiera, influir y llevar la conversación hacia la postura ideológica de la que participan, mediante la desinformación, el engaño o la trivialización del debate (Torres da Silva, 2013). No en vano, en YouTube, "entre los usuarios más activos se encuentran aquellos que participan del esfuerzo persuasivo correspondiente a distintas campañas electorales y políticas en general" (Siri, 2008, p. 9).

Como ya se ha mencionado, no ha sido objeto de esta investigación analizar el contenido de los comentarios, sin embargo, durante la monitorización de estos datos, se observa un gran número de insultos, expresiones "fuera de lugar", groserías, etc. Este hecho sumado al elevado número de comentarios que registran la mayoría de los vídeos y el anonimato en el que se amparan gran parte de los usuarios, dificulta en gran medida que la clase política participe en esta red social y establezca un diálogo en clave democrática con la ciudadanía que en ella interactúa.

 

Gestión de la esfera política en YouTube

Partimos del supuesto de que cuando un usuario propone una determinada etiqueta de búsqueda, pongamos por caso, "Partido Popular", es labor de los equipos de comunicación y marketing que los vídeos que aparezcan en la lista de YouTube se correspondan con contenido sobre dicho partido y no sobre otras formaciones u otras temáticas. El control de la imagen que del partido y/o sus líderes se desprende en los contenidos que se difunden y consumen en YouTube, sería otra de las asignaciones propias de los responsables del ámbito de la comunicación. De esto, entre otras cosas, se trata cuando hablamos de la gestión de comunicación política en el entorno digital. Se podría pensar, por ejemplo en el símil del posicionamiento en Google.

 

Temática y sesgo de los contenidos en YouTube

En términos generales, el sesgo negativo prevalece en el contenido político que se desprende de la búsqueda sobre las principales formaciones del arco parlamentario español en YouTube, corroborando la tendencia detectada en la literatura precedente (Berrocal et al., 2012a, 2012b, 2017).

 

 

La imagen, tanto de Partido Popular, como de Podemos, es la que sale más perjudicada en los contenidos analizados. Más de la mitad de los vídeos en cada una de estas formaciones contiene una carga negativa predominante ya sea hacia el partido o hacia su líder. También es mayoritario el sesgo negativo en el caso del Partido Socialista, aunque en menor proporción. Ciudadanos destaca, muy por encima del resto, por obtener una imagen positiva a través de los contenidos analizados.

Sin embargo, y dado el convulso momento que atraviesa la política española en los últimos años con los escándalos de corrupción, el desafío independentista y la continua necesidad de pactos y consenso que conlleva la diversificación de partidos del arco parlamentario, nos parece apropiado contextualizar los resultados obtenidos respecto del sesgo con las temáticas de los vídeos examinados para poder evaluarlos en su justa medida. Ya comentamos que la actualidad mediático-política en el momento de la investigación pasaba por tres asuntos principales: sentencia del caso Gürtel, propuesta de moción de censura del PSOE y compra del chalet por parte de Iglesias y Montero. Aunque estos temas resultan recurrentes en la muestra analizada en la plataforma de vídeos online, del examen se deprenden otros hechos noticiosos también destacados porcentualmente como el independentismo (en Cataluña) o la promoción de actos de partido.

 

 

De este modo, si observamos en detalle la conjunción entre la temática y el sesgo de los vídeos analizados en relación a cada uno de los partidos políticos objeto de estudio, nos encontramos con lo siguiente:

 

 

Gestionar la innegable e ineludible negatividad que suponen para la clase política los casos de corrupción, resulta una tarea cuanto menos complicada para los responsables de comunicación. No es de extrañar que 7 vídeos, entre los que se refieren a la sentencia de la Gürtel y los que comentan cualquiera de los otros casos de corrupción en los que se ha visto involucrada la formación popular, resulten negativos para la imagen del partido y su líder. Ahora bien, los responsables de comunicación tendrían opciones si el número de vídeos publicados por el partido, la temática de estos, su presentación a nivel audiovisual, etc., fueran suficiente para captar la atención de los usuarios de YouTube y lograr un mejor posicionamiento, relegando a puestos inferiores las temáticas menos favorables. Esta debería ser, a nuestro juicio, una regla básica en la gestión de la comunicación política en la plataforma de vídeos online.

La temática más recurrente en el caso de la etiqueta "PSOE" es la propuesta de moción de censura a Rajoy. Un tema que bien gestionado, y dada la causa que motiva la iniciativa socialista, no tendría por qué arrojar resultados negativos. Sin embargo, de nuevo se evidencia la falta de control de la esfera política de los mensajes que circulan en YouTube, obteniendo el PSOE, en la mitad de las ocasiones que abordan esta temática, un sesgo negativo. Ciudadanos destaca en positivo posicionando muchos vídeos que versan sobre actos institucionales (autobombo) o sobre la postura de unidad ante el independentismo. En la etiqueta "Podemos" la compra del chalet por parte de Iglesias y Montero copa la mayor parte de los contenidos. La gestión del partido sobre este asunto en YouTube no logra evitar connotaciones perjudiciales para la imagen de la formación y de sus líderes.

En cualquier caso, los resultados obtenidos al contrastar sesgo y temática, abren la posibilidad a nuevas investigaciones que corroboren si la tendencia aquí obtenida es coyuntural y consecuencia del momento político concreto o estructural y se repite en un episodio temporal diferente.

 

Conclusiones

Esta investigación corrobora la tendencia mayoritaria evidenciada en trabajos precedentes: la clase política española aún no está sabiendo aprovechar las posibilidades y herramientas que ofrece YouTube ni para posicionarse estratégicamente, ni para establecer una comunicación recíproca con la ciudadanía. Los niveles de actividad de las formaciones políticas españolas y la gestión de la imagen que de estas se proyecta en la plataforma de vídeos online se encuentran, a día de hoy, en una fase embrionaria.

La participación de los partidos políticos y/o sus líderes a través de la publicación directa de contenido en YouTube, dista aún mucho de acercarse a la que ejercen en esta plataforma los ciudadanos y los medios de comunicación, quedando en una distanciada tercera posición. La esfera pública es la que se demuestra más activa en los asuntos políticos en esta red social.

En relación a la procedencia del material de los vídeos, la situación del entorno político es similar. Los gestores de la comunicación política española no logran posicionar entre los contenidos más relevantes un número significativo de vídeos grabados o producidos en origen por los partidos políticos.

Ahora bien, dentro de la constatada escasa actividad de la esfera política en esta plataforma, se comprueban diferencias entre los denominados partidos emergentes, Ciudadanos y Podemos y los partidos del "bipartidismo", PP y PSOE, teniendo los primeros una participación más destacada que los segundos.

En términos generales, la formación morada parece ser la que mejor está aprovechando los recursos (como la emisión en directo) que ofrece YouTube para difundir información sobre su partido. Estos resultados irían en la línea de diversos trabajos de la literatura previa (Casero, Feenstra y Tormey, 2016; López Meri, Marcos y Casero, 2017; Miquel et al., 2017) que señalan como Podemos aprovecha el potencial de las lógicas comunicativas de los medios digitales para comunicarse con su electorado. Si bien, esta afirmación no podría trasladarse de forma tan taxativa a YouTube, donde la formación morada, aunque destacada frente a las otras tres analizadas, no alcanza unos mínimos que le otorguen tal aprovechamiento. En el otro extremo, el PSOE destaca por su nula actividad.

En cuanto a la respuesta que los vídeos analizados reciben por parte de los usuarios que los visualizan, los contenidos relacionados con Ciudadanos y Podemos son los que alcanzan una mayor interacción. De nuevo Podemos es la formación más destacada y el Partido Socialista el que peores cifras registra, un resultado coincidente con Berrocal et al. (2017).

Por otra parte, cuando se trata de que sea la clase política la que participe del feedback a través de la intervención en los comentarios, las opiniones de los usuarios (esfera pública) no hallan respuesta ni en una sola ocasión. La importante cantidad de comentarios publicados a los vídeos sobre comunicación política en YouTube contrasta con la total ausencia de la clase política en la conversación que se genera.

Sin ser la pretensión de esta investigación dar respuesta a las causas de esta dejación de la esfera política, como venimos apuntando párrafos atrás, la proliferación del insulto y la grosería, el elevado nivel de actividad en los comentarios y el anonimato al que se acogen gran parte de los usuarios, dificulta que se produzca un diálogo democrático y efectivo con los ciudadanos. Parece pertinente, por tanto, abrir un marco de reflexión y análisis sobre las razones que provocan la falta de una comunicación cívica sobre los asuntos públicos entre representantes y representados que, a pesar de contar en las redes sociales con los medios propicios para ello, no las emplean de forma provechosa. El examen pormenorizado de las causas de esta situación, podría iniciar una nueva línea de investigación que ofreciera datos rigurosos y contrastados al respecto.

Por último, en relación a la gestión de la imagen que proyectan los partidos políticos y/o sus líderes en YouTube, los resultados obtenidos ponen en evidencia las carencias de los gestores de comunicación política en el ámbito nacional, atendiendo a uno de los principios básicos del marketing político: el control del mensaje.

La prevalencia del sesgo negativo (salvo el caso de Ciudadanos), evidencia que el control de la esfera política escapa de los extensos límites de las redes sociales. Quizás, la demandada regeneración en la esfera política debiera igualmente producirse en los equipos responsables de sus estrategias de comunicación y marketing, dando paso a una gestión coordinada entre los tradicionales modos de hacer y las novedosas formas que pudieran aportar profesionales jóvenes (nativos digitales) familiarizados con el entorno digital.

YouTube resulta un terreno complejo, donde la alta participación de usuarios comunes (ciudadanos particulares), conlleva, por lo general, que la información evada la intervención de los gestores de la comunicación política. El carácter descentralizado de esta plataforma, parece diluir los mecanismos de control político. Tanto entre la sociedad civil, como entre los medios de comunicación, los partidos políticos encuentran simpatizantes y opositores, que tiene la posibilidad de "colgar" contenidos favorables o perjudiciales a sus siglas. De ahí la importancia de que las propias formaciones políticas se doten de profesionales y herramientas adecuadas para tener una actividad online que iguale las cifras de participación de las otras dos esferas (mediática y pública) y comiencen a asentarse los cauces de una verdadera interacción entre iguales.

Esta investigación arroja nuevas evidencias sobre el rol que juega la esfera política en una red social, YouTube, hasta el momento, poco explorada a nivel académico. Consideramos que los resultados obtenidos suponen una aportación significativa a la incipiente línea de estudio que aborda la comunicación política en esta plataforma, pero entendemos igualmente que sigue siendo necesario complementarlos con hallazgos de futuros estudios, máxime teniendo en cuenta las limitaciones que suponen, tanto el análisis de un contexto político tan particular como el que se da en el momento de esta investigación, como el corpus seleccionado que restringe las posibilidades de generalizar y extrapolar los resultados al conjunto de YouTube. Entendemos, sin embargo, que la muestra posee suficiente representatividad mediática para poder ser utilizada como patrón en futuros modelos predictivos con análisis de tipo inferencial que afronten de forma intensiva la gestión de la comunicación política en esta plataforma en momentos coyunturales específicos o investigaciones que propongan el examen de muestras más amplias. Avanzar en esta cuestión permitirá definir los cambios que esta red social está introduciendo tanto en la gestión de la comunicación política como en el consumo de la misma. Respecto a este último aspecto, el consumo de la información política que se difunde en YouTube, este trabajo podría servir igualmente de basamento a futuros estudios que focalicen sobre el carácter transmedia de la información audiovisual de naturaleza política, dado que, como se comprueba en la revisión de la literatura previa, los contenidos de Internet en general y las redes sociales en particular, se consumen hoy en día, principalmente a través de dispositivos móviles. Los vídeos que, como hemos podido comprobar, producen de forma mayoritaria usuarios particulares, no se crean exclusivamente para su difusión en YouTube, si no que son, normalmente, promocionados en distintas plataformas sociales. La producción y el consumo transmedia que se impone en la sociedad red, sugiere una interesante línea de investigación aún por abordar.

 

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Submitted: 17th April 2019

Accepted: 2nd October 2019

 

How to quote this article:

Gil-Ramírez, M., Gómez de Travesedo-Rojas, R. (2020). Gestión de la política española en YouTube. Una asignatura pendiente. Observatorio, 14(1), 22-44.

 

 

Note

[1] En el contexto Español, la penetración de la televisión ha pasado de un 91,3% en 1996 a un 85% en 2018, la de los diarios decrece igualmente (32,9% en 1996; 22,8% en 2018), mientras que la de Internet, apenas inexistente en 1996 (1%), se sitúa en un 82,1% en 2018 atendiendo al estudio Marco General de los Medios en España 2019 de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC, 2019) disponible en https://www.aimc.es/a1mc-c0nt3nt/uploads/2019/01/marco19.pdf

[2] Atendiendo al estudio Navegantes en la Red realizado por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC, 2018) (disponible en https://www.aimc.es/a1mc-c0nt3nt/uploads/2018/06/internet218.pdf), el 84,6% de los usuarios de Internet lo emplea para leer noticias de actualidad (entre las que se encontraría la información política), un porcentaje que el Barómetro de Mayo 2018 elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, 2018) (disponible en http://www.cis.es/cis/export/sites/default/-Archivos/Marginales/3200_3219/3213/es3213mar.pdf ) sitúa en el 90,7%.

[3]Del Moral, J.A. (2006). Los principios de la política 2.0. Blogs Alianzo. Disponible en https://blogs.alianzo.com/redessociales/2006/02/21/los-principios-de-la-politica-2-0/

[4] Polo, D. & Cárdenas, M. L. (2014). Infoxicación y Tweets. Análisis del Caso Bárcenas a través del Twitter de Mariano Rajoy. Ámbitos, 26. Disponible en https://www.printfriendly.com/p/g/SBkJe7

[5] Youtube.com es el sitio web (por encima de Faceebock.com y Twiteer.com) que acumula mayor número de visitas únicas atendiendo al estudio Navegantes en la Red realizado por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC, 2018) (disponible en https://www.aimc.es/a1mc-c0nt3nt/uploads/2018/06/internet218.pdf).

[6] Véase: https://www.youtube.com/watch?v=9kNbb3sXMfY [Última consulta: 06 de julio de 2018].

[7] Véase: https://www.youtube.com/watch?v=X65xGrysqMQ [Última consulta: 07 de julio de 2018].

[8] Véase: https://www.youtube.com/watch?v=eWihwYCPd40[Última consulta: 12 de julio de 2018].

[9] En argot televisivo se denomina así al logotipo de la cadena que, normalmente, se sobre-impresiona en la esquina inferior derecha de la pantalla.

[10] Entendemos que un contenido ha sido elaborado específicamente para YouTube cuando integra características propias de esta red social (montajes fotográficos, rótulos, locuciones, ritmo ágil, duración breve, etc.) o como aquel contenido mediático pensado para ser difundido en exclusiva en redes sociales. Véanse a modo de ejemplo: https://www.youtube.com/watch?v=c2eM4_Uasm0&t=369s [Última consulta: 20 de Julio de 2018] o https://www.youtube.com/watch?v=ENxIQdoIsYk&t=1508s [Última consulta: 20 de Julio de 2018].

[11] Véase: https://www.youtube.com/watch?v=vF5j6j8Ro7U [Última consulta: 20 de Julio de 2018].

[12] Véase: https://www.youtube.com/watch?v=IqU-ZEYTJWA [Última consulta: 23 de Julio de 2018].

[13] Véase: https://www.youtube.com/watch?v=Y7vYSfWExeo [Última consulta: 23 de Julio de 2018].

[14] Véase: https://www.youtube.com/watch?v=htH-19ZQsEA [Última consulta: 23 de Julio de 2018].

[15] Véase: https://www.youtube.com/watch?v=kDaTW1iph84&t=1s [Última consulta: 23 de Julio de 2018].

[16] Véase: https://www.youtube.com/watch?v=yMYV-pl4GwU [Última consulta: 23 de Julio de 2018].

[17] Véase: https://www.youtube.com/watch?v=rPlB5lKNt_8 [Última consulta: 23 de Julio de 2018].

[18] Véase: https://www.youtube.com/watch?v=vAtk6NHLuy8 [Última consulta: 23 de Julio de 2018].

[19] Véase: https://www.youtube.com/watch?v=XN54qtFv_Ss [Última consulta: 23 de Julio de 2018].

[20] Véase: https://www.youtube.com/watch?v=vAtk6NHLuy8 [Última consulta: 23 de Julio de 2018].

[21] El número total de vídeos en esta tabla es superior al de la muestra (77). Este hecho se explica en que algunos de los contenidos recogían al mismo tiempo las temáticas "Sentencia Gürtel y Moción PSOE" (que por lógica en algunos casos encontramos asociadas), y se han contabilizado ambas por separado.

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