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Observatorio (OBS*)

versão On-line ISSN 1646-5954

OBS* vol.11 no.4 Lisboa dez. 2017

 

El conflicto Palestino–Israelí en la prensa española: la cobertura de la Operación Margen Protector en ABC y La Vanguardia

 

María-Soledad Rodríguez Esperanza*, María-Luisa Humanes**

* Universidad Rey Juan Carlos, España

** Universidad Rey Juan Carlos, España

 

RESUMEN

Durante el desarrollo de uno de los episodios del conflicto palestino – israelí tuvo lugar la Operación Margen Protector, que atrajo la atención de la prensa hacia uno de los conflictos internacionales más largos de la historia. Esta investigación se centra en la cobertura que dos periódicos españoles dedicaron a este hecho: ABC y La Vanguardia. A través un análisis de contenido cuantitativo se pudo analizar aspectos tales como la presencia y la relevancia que le otorgaron a la contienda, así como aspectos como la presentación de sus protagonistas y el uso de las fuentes.

Tras esto, se llegó a la conclusión de que, a pesar de pequeñas diferencias en el estilo de ambos medios, la cobertura y la relevancia fueron similares en ambas cabeceras.

Palabras clave: Conflicto, Gaza, Palestina, Israel, cobertura, Margen Protector

 

ABSTRACT

During the course of one of the episodes of the Israeli - Palestinian conflict, Operation Protective Edge took place, attracting the attention of the press to one of the longest international conflicts in history. This research focuses on the coverage that two Spanish newspapers dedicated to this event: ABC and La Vanguardia. Through a quantitative content analysis it was possible to analyze aspects such as the presence and the relevance that they gave to the conflict, as well as aspects such as the presentation of their protagonists and the use of the sources. After this, it was concluded that, despite small differences in the style of both media, coverage and relevance were similar in both newspapers.

Keywords: Conflict, Gaza, Palestine, Israel, coverage, Protective Edge.

 

Introducción

La guerra eterna, el conflicto Palestino–Israelí, ha sido siempre el asunto pendiente de las políticas internacionales de los países involucrados. Desde que en 1947 la ONU cediera el 56% de las tierras palestinas al país hebreo para acoger a los judíos tras el holocausto, este territorio ha sido caldo de cultivo de diferentes guerras y operaciones militares. Con la Guerra de la Independencia declarada, Israel consiguió ocupar 78% del territorio palestino para, veinte años más tarde, en la Guerra de los Seis Días (1967), ocupar el resto de territorios, dejando una ínfima cantidad de terreno que se divide entre la Franja de Gaza y Cisjordania, ambos territorios divididos por el bautizado como Muro de la Vergüenza.

En sintonía con este problema territorial surge también el enfrentamiento entre dos religiones en el territorio más sagrado de tres religiones. Después de todo este proceso la zona ha sufrido ataques terroristas, bombardeos indiscriminados y dos intifadas, con un número de víctimas incalculable.

En el año 2005, bajo el gobierno de Ariel Sharon, Israel comenzó una retirada unilateral de sus tropas en territorio palestino ocupado con la esperanza de reducir las hostilidades entre ambos pueblos, no sin antes dividir Cisjordania de la Franja, dejando a esta última a su suerte, donde un millón y medio de habitantes viven en 385 kilómetros cuadrados. A pesar de la retirada, la situación no ha dejado de ser tensa entre ambos pueblos, tras la llegada del líder del partido conservador Likud, Benjamin Netanyahu en el año 2009 y especialmente desde la llegada de Hamás al gobierno de la Franja en el año 2011. Después de la retirada se han producido tres conflictos de especial importancia: operación Plomo Fundido (2008 – 09), operación Pilar Defensivo (2012) y operación Margen Protector (2014), sin contar detenciones, secuestros, atentados terroristas o ataques que sufren diariamente en esta zona del mundo.

La Operación Margen Protector fue la última ofensiva (hasta la fecha) de Israel hacia la Franja de Gaza. El detonante de esta situación fue el secuestro y asesinato por parte de una célula terrorista afín a Hamás de tres adolescentes judíos en junio de 2014. Tras el hallazgo de los cuerpos, Netanyahu advirtió que este hecho no quedaría impune. Además del hallazgo del cuerpo de un adolescente palestino asesinado presuntamente por un grupo de ciudadanos israelíes, el 8 de julio de 2014, el Ejército israelí inició los bombardeos sobre el territorio que, al ser respondido por Hamás, dio paso a una ofensiva terrestre con el objetivo de destruir una de serie de túneles subterráneos y los arsenales de los terroristas. La operación finalizó el 26 de agosto de 2014, después de un mes de mediaciones fracasadas y más de 2000 víctimas, la mayoría civiles palestinos. Este conflicto fue retransmitido ampliamente en los medios de comunicación españoles.

En términos generales, la opinión pública española se ha sentido más cercana al mundo árabe que al mundo hebreo, ya sea por cercanía geográfica o por las relaciones establecidas en el país durante la dictadura franquista que continúan hasta nuestros días. Aunque, señala Córdoba (2011) que las relaciones con el pueblo israelí si tuvieron relevancia desde la oposición al régimen en el exilio, durante los años 50 hasta la Guerra de los Seis Días (1963) y Yom Kippur (1973), momento en el cual, la izquierda europea que abogaba por los principios del pacifismo, dio de lado a un Israel que se enmarcaba violento y opresor de pueblos. Así mismo, señala que tras los atentados de Nahariya, en 1979, los españoles señalaron mayor simpatía por los israelíes (Córdoba, 2011: 165).

Desde el inicio de la democracia, España ha tratado de tener buenas relaciones con Palestina. Actualmente, la relación de España con el conflicto es meramente episódica. La zona aparece en la prensa únicamente cuando aparecen conflictos o enfrentamientos destacados, que cada vez van en aumento. Aun así, el apoyo a los palestinos suele tener más peso en la opinión pública. Según dos encuestas realizadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas en 1991 (año de la Conferencia de Paz en Madrid) y en el año 2000 (tras el estallido de la Segunda Intifada que levantó el muro que separa ambos territorios), los españoles mostraban mayor simpatía por los palestinos que por los israelíes, aunque bien es cierto, que en muchos aspectos, la opinión pública tiende a no posicionarse a favor de ninguno de los protagonistas del conflicto.

Apunta Córdoba que “el español medio no recibe información de este enfrentamiento sin remitirse a las ideas de ‘musulmán’, ‘árabe’, ‘judío’, ‘palestino’ e ‘israelí’ que ya tienen preconcebidas” (2011: 155), por lo que la imagen del conflicto que se recibe es totalmente estereotipada por los propios medios como señalan también De Pablos y Ardévol (2009), las minorías étnicas son asociadas con problemas como la marginalidad o el delito (193). Por este motivo la cobertura de un conflicto como el palestino – israelí podría considerarse como la sucesión de informaciones que repiten un patrón estereotipado de árabes contra judíos, reduciendo el conflicto a un punto de vista más religioso que territorial o político.

El objetivo principal de esta investigación es conocer el tratamiento y la relevancia que los periódicos ABC y La Vanguardia otorgaron a la Operación Margen Protector, desplegada en verano de 2014, a través de la teoría del framing.

 

Marco Teórico

Nuestra visión del mundo está basada en los medios de comunicación, pues se consideran la fuente principal de la opinión pública (De Pablos y Ardévol, 2009: 192). El framing es un proceso que integra la producción, el contenido y el uso que los medios hacen de la información (De Vreese, 2005: 51) para poder construir una realidad. Para concretar lo que es un encuadre noticioso, Igartua y Humanes definen que se trata de “una perspectiva determinada, y por ello, invita al sujeto a observar o visionar sobre un tema dado desde una perspectiva particular: los encuadres no sólo contienen, sino que también limitan las visiones sobre los demás temas u objetos sociales” (2004: 257).

La principal característica del framing es, según De Vreese, la presentación de un tema a la audiencia, y describe los encuadres como la suma de “argumentos políticos, normas periodísticas y discursos de los movimientos sociales. Son vías alternativas para definir cuestiones, endógenas para el mundo político y social” (2005: 53). Además, los marcos actúan como indicadores para la audiencia, señalan a qué se debe prestar atención y omiten lo que no es considerado relevante (Black, 2013). Como indicaba Entman (1993) a través del proceso de encuadre los medios 1) seleccionan algunos aspectos de una realidad percibida que reciben mayor relevancia en un mensaje, (2) se les asigna una definición concreta, (3) una interpretación causal, (4) un juicio moral y/o (5) una recomendación para su tratamiento.

El proceso de encuadre no sólo define una realidad, sino que puede también omitir parte de esa realidad que quiere mostrar. Por ejemplo, en la investigación sobre los tiroteos en escuelas (School Shootings), Park, Holody y Zhang aluden al concepto de framing de inclusión y omisión (2012: 447). Los autores señalaban cómo en el caso de Virginia Tech se incluía en las informaciones la nacionalidad del perpetrador, mientras que en el caso de Columbine la mayor parte de los temas tratados fueron la afinidad con Hitler o el acoso escolar. David, Legara, Atun y Monterola (2014) afirman que la nomenclatura y el encuadre pueden influenciar en cómo el público comprende el problema y la probabilidad de que esté a favor o en contra de una posible solución (p. 1248). Todo este conjunto forma parte del proceso de encuadre, que según Van Gorp (2007) consta de tres partes: “los dispositivos de encuadre manifiestos (agenda), el los dispositivos de razonamiento manifiestos o latentes (atributos) y un trasfondo cultural implícito” (en Cheng, Igartua, Palacios, Acosta y Palito, 2010: 200).

Tankard (2001: 101) sugiere una lista de once elementos que ayudan a identificar como se ha enmarcado la noticia, específicamente en la prensa escrita: los titulares, el uso de elementos gráficos, los leads o el uso de fuentes y otros recursos informativos que marcan la perspectiva que un medio o un periodista ofrece de los hechos.

 

El framing de la cobertura del conflicto entre Israel y Palestina

Son numerosos los estudios que han abordado los diferentes aspectos de la cobertura del conflicto entre Israel y Palestina, ofreciendo variedad de encuadres. Gamson (1992) identificó cinco marcos en la cobertura del conflicto: el enfoque de interés estratégico, el enfoque del enfrentamiento entre vecinos, el enfoque de la intransigencia árabe, el encuadre del expansionismo israelí y el encuadre de liberación. Liebes (1992) encontró que los periodistas estadounidenses preferían centrar el conflicto en los beneficios que obtenía el gobierno USA al intervenir en el conflicto.

Wolfsfeld ha sido uno de los autores que más se ha ocupado de la cobertura del conflicto en Oriente Medio (1997, 2001) y destaca las siguientes tendencias: tanto Israel como Palestina han adaptado sus decisiones a la lógica de los medios, la demonización, el énfasis en el drama y en el conflicto (2001). Galtung (citado en Nicolás, 2013: 70) afirmaba que “Los medios no crean la violencia, pero la remuneran y contribuyen a polarizarla (…) reproducen exclusivamente las voces de las posiciones extremistas, en detrimento de las moderadas que proponen soluciones pacíficas”.

Utilizando los encuadres de Gamson, Susan Ross (2003) analizó los editoriales de TheNewYorkTimes y encontró que el encuadre más presente es el de interés estratégico. Fahmy y Eakin utilizaron el encuadre de guerra (cobertura orientada a las élites, dicotomización, victimización, demonización, partidismo y presentismo) frente al encuadre de paz (cobertura orientada a la gente, evitación de la dicotomización, desvictimización del lenguaje y utilización de un lenguaje objetivo y no sesgado) en su análisis de la cobertura de Mavi Marmara (2010-2011).

En España, Nicolás (2013) ha analizado la información de los corresponsales en Oriente Medio de siete diarios utilizando el modelo que contrapone los encuadres de guerra a los encuadres de paz. Apunta que aunque la comunicación sobre el conflicto de Oriente Medio ha estado plagada de encuadres de “drama” dando mayor protagonismo a los extremistas que a las verdaderas víctimas de una guerra interminable, en el periodo que analizó los encuadres de paz están más presentes. El trabajo de Linares sobre la Operación Plomo Fundido (diciembre de 2008 – enero de 2009) señala que los diarios El País y El Mundo mostraron “sesgos informativos, por ejemplo: el silenciamiento de la parte palestina, el protagonismo israelí, la utilización de numerosas fuentes oficiales y la repetición de estereotipos y percepciones manipuladas del conflicto” (2012: 71).

A partir de la literatura previa en este trabajo hemos decidido medir la presencia de ocho encuadres: conflicto, drama, interés humano, económico, político, paz, terrorismo y denuncia. Planteamos la siguiente hipótesis:

H1: El encuadre de conflicto será el más presente en los diarios analizados.

Deprez y Raeymaeckers (2010) encontraron en su estudio sobre la primera y la segunda Intifada en la prensa flamenca que la mayor parte de la información se caracterizaba por un escaso background y contexto. En esta línea Thomas (2007) destacaba en su trabajo que, durante los días posteriores a la sentencia del Tribunal de La Haya sobre el Muro de Cisjordania en 2004, los medios de comunicación españoles informaron con importantes lagunas y sesgos a favor de Israel. En el mismo sentido el análisis de Maciá–Baber de las fotografías de los niños afectados por el conflicto en Oriente Medio reveló que “la preeminencia de la novedad como criterio de lo noticioso y la ausencia del género periodístico del reportaje alertan de la insuficiencia de un contexto informativo–explicativo que ayude al ciudadano a la justa comprensión del fenómeno que se aborda” (2013: 95). En nuestro estudio hemos incluido un indicador para medir la presencia de distintos géneros periodísticos como forma de enmarcar la realidad.

Black destaca que los actos de inclusión y exclusión del framing son los que marcan las actitudes de la audiencia (2013: 2) y puntualiza que, en el caso de la cobertura de conflictos, la respuesta de la audiencia a esas informaciones es capaz de cambiar la permanencia de esa información en los medios o, incluso, variar la forma en la que ese conflicto es representado (2013: 3). En su trabajo, Black basándose en la descripción de Putnam (1990) sobre los marcos de conflicto en la prensa, los describe como un proceso descriptivo a través del discurso del medio (2013: 3), es decir, no sólo de los acontecimientos, sino también de las relaciones existentes entre los protagonistas del conflicto y quien los describe. Respecto a la cobertura de los sucesivos episodios del conflicto israelo-palestino, Fahmy y Eakin (2014) señalan que ha habido una sobrerrepresentación de las fuentes oficiales. También Nicolás advirtió que en la prensa española están más presentes las fuentes gubernamentales (2013: 91). Deprez y Raeymaeckers (2010) afirman que tradicionalmente ha existido una diferente representación de los actores israelíes y palestinos, a favor de los primeros.

En este trabajo se plantean dos preguntas de investigación al respecto:

PI1: ¿A qué fuentes de información se les otorga visibilidad en la información sobre la Operación Margen Protector en los diarios analizados?

PI2: ¿Qué actores relacionados con la Operación Margen Protector reciben mayor atención informativa en los diarios analizados?

Evans (2010) comparó el tratamiento de dos conflictos en la prensa estadounidense, la Batalla de Yenín (lucha en un campo de refugiados en Cisjordania por parte de las Fuerzas israelíes, en el marco de la Operación Escudo Defensivo en 2002) y el conflicto del Líbano de 2007 en el campo de refugiados de Nahr El – Bared. Encontró que mientras la batalla de Yenín era descrita bajo el framing de proximidad, enfatizando la empatía con el sufrimiento de los refugiados y civiles, en el caso de Nahr El – Bared predominaba el framing de distancia, creando en la audiencia un sentimiento de distanciamiento con las víctimas del conflicto, además de las notables diferencias en la descripción de los protagonistas en los dos episodios (2010: 223 – 224). Ross (2013) afirma que después del atentado del 11S los editoriales de The New York Times tendieron a despersonalizar a los palestinos, describiéndoles como agresores más que como víctimas, mientras que las acciones israelíes se enmarcaban bajo un marco de ley y orden.

En este trabajo planteamos respecto al encuadre de los actores protagonistas la siguiente pregunta de investigación:

PI3: ¿Cómo se representan las nacionalidades, la tipología y la evaluación de los protagonistas en los diarios analizados?

 

Metodología

Elección y justificación de la muestra

Las dos cabeceras españolas que ocupan esta investigación son ABC y La Vanguardia. Estos dos periódicos se han elegido por la amplia cobertura que dieron al conflicto, con enviados especiales y corresponsales de guerra que poseen ambos en Oriente Medio: Mikel Ayestaran (ABC) freelance con residencia en Jerusalén desde hace 10 años o de Henrique Cymerman (La Vanguardia), conocido periodista de origen sefardí.

ABC nace en 1903 como diario semanal en Madrid, gracias a la familia Luca de Tena, que dos años más tarde pasaría a convertirse en una edición diaria. Don Torcuato Luca de Tena, su fundador, declaró que quería de ABC un diario liberal, monárquico e independiente (Córdoba, 2009). Su sección internacional ofrece gran cantidad de informaciones a lo largo de diez o quince páginas por zonas geográficas. Se nutre de informaciones gracias a distintos corresponsales y enviados (Moreno, 2000). Su línea editorial frente al conflicto de Israel y Palestina se ha mostrado algo más proclive al lado israelí. Córdoba (2009) en una entrevista a Ramón Pérez – Maura (adjunto al director) destacaba que “la línea editorial en cuanto al tema palestino – israelí es bastante clara y hay pautas generales de hace varias décadas que se resumen básicamente en la defensa de las posiciones de Israel” (2009: 405).

LaVanguardia nace en Barcelona en 1881 como periódico orientado hacia la burguesía catalana, de donde procedían sus fundadores. Su línea ideológica es muy próxima a ABC, ya que se trata de un diario conservador y “la referencia informativa de la emprendedora burguesía catalana” (Moreno, 2000). En cuanto a su línea ideológica en el conflicto palestino – israelí, posee similares puntos de vista con ABC. Se situarían más hacia las tendencias pro – israelíes, aunque siempre pone en duda la legitimidad de los actos del gobierno sobre Palestina. Podría decirse que La Vanguardia traza una línea entre el pueblo israelí y las acciones de sus gobernantes. Como señala Córdoba sobre su entrevista con Lluís Foix (ex director de La Vanguardia) detalla que los editoriales de La Vanguardia son leídos, principalmente, por la burguesía catalana, nacionalista y favorable al sionismo (2009: 428).

En este estudio se han analizado cada una de las piezas relacionadas con la Operación Margen Protector, que tuvo lugar entre el 8 de julio y el 26 de agosto de 2014 en las ediciones impresas de ABC y La Vanguardia.Se seleccionaron aquellas informaciones publicadas (noticias, reportajes, análisis y artículos de opinión, excluyendo los editoriales) en los periódicos entre el 9 de julio (día después del inicio de la ofensiva) y el 27 de agosto de 2014 (día después de la tregua y cese de los bombardeos a la Franja). De la selección se excluyeron las noticias no relacionadas directamente con el conflicto. Se eliminaron noticias sobre la Yihad Islámica, las manifestaciones antisemitas en ciudades europeas y de otros acontecimientos indirectamente relacionados con el conflicto. Se recogieron un total de 168 (94 en ABC, 74 en La Vanguardia) de unidades de análisis. Se ha utilizado la técnica del análisis de contenido.

 

Medidas

Se ha elaborado una ficha de análisis con cuatro apartados:

  1. Aspectos generales: diario (0 = ABC; 1 = La Vanguardia); fecha (0 = Semana 1, 9 - 15/07; 1 = Semana 2, 16 - 22/07; 2 = Semana 3, 23 – 29/07; 3 = Semana 4, 30/07 – 5/08; 4 = Semana 5, 6 – 12/08; 5 = Semana 6, 13 – 19/08; 6 = Semana, 7 20 – 27/08); género informativo (0 = No; 1 = Sí), opinión (0 = No; 1 = Sí) o interpretativo (0 = No; 1 = Sí). También se analizó la autoría (0 = Enviado especial; 1 = Corresponsal; 2 = Agencia; 3 = Otro; 4 = No especificado; 5 = Varios autores), la zona donde se había realizado la pieza (0 = Zona del conflicto; 1 = Zonas cercanas al conflicto; 2 = Zonas lejanas al conflicto; 3 = España; 4= No especificado; 5 = Varias localizaciones), la presencia de imágenes (0 = No; 1 = Sí;) y su autor (0 = Agencia; 1 = Autor de la publicación; 2 = Reportero; 3 = No especificado). La presencia de infografías (0 = No; 1 = Sí) y destacados (0 = No; 1 = Sí), el tamaño de la pieza (0 =Página completa; 1 =Tres cuartos de página; 2 = Medía página; 3 =Cuarto de página; 4 =Menos de cuarto de página; 5 =Más de una página), la página en la que se encontraba (0 = Par; 1 = Impar) y la sección (0 = Internacional; 1 = Política; 2 = Economía; 3 = Opinión; 4 = España o Local; 5 = Otros (Enfoque de ABC). Sobre la sección se apuntó si la noticia abría sección (0 = No; 1 = Sí) o si dentro de la sección existía otra que enmarcaba las noticias (0 = No; 1 = Sí).
  2. Relevancia: Se midió la presencia en la portada (0 = No; 1 = Sí) y las características de esa referencia en portada como el tamaño (0 = Página completa; 1 = Media página; 2 = Cuarto de página; 3 = Menos del cuarto de la página), la ubicación (0 = Margen superior derecha; 1 = Margen superior izquierda; 2 = Centro; 3 = Margen inferior derecha; 4 = Margen inferior izquierda) o la presencia de elementos gráficos (0 = No; 1 = Sí). También la presencia en el editorial (0 = No; 1 = Sí), y si ese editorial abría su sección (0 = No; 1 = Sí).
  3. Sobre los encuadres se midió el nivel de presencia de los encuadres de conflicto, drama, interés humano, económico, político, paz, terrorismo y denuncia de forma dicotómica (0 = No; 1 = Sí). Es necesario puntualizar que, en cada pieza, puede haber más de un encuadre.
  4. Uso de las fuentes de información: se enumeraron las fuentes que aparecían en la pieza. También se incluyeron cuatro variables para medir la presencia de las fuentes oficiales y no oficiales, además de la forma de mención de éstas, de manera directa o indirecta, midiéndolas de forma dicotómica (0 = No; 1 = Sí).
  5. Protagonistas: se analizaron, como máximo en cada pieza, los tres principales protagonistas. En cada actor de la pieza, se midió la nacionalidad (1 = Israelíes; 2 = Palestinos; 3 = Otros), la tipología del protagonista (1 = Civiles; 2 = Autoridades; 3 = Terroristas; 4 = Otros) y la presentación (1 = De manera positiva; 2 = De manera negativa; 3 = Como víctimas).

 

Resultados

El número total de piezas recogidas fue 168. ABC dedicó en este aspecto mayor cobertura sobre el conflicto, con un 56% de las informaciones recogidas (94 piezas en total) frente al 44% que dedicó La Vanguardia (74). En el gráfico 1 se observa la distribución de las piezas por semana en los dos diarios durante el transcurso del conflicto.

 

 

Fuente: Elaboración propia

Los dos diarios muestran una distribución temporal similar, siendo las semanas tres y cuatro más activas que el resto. No se han encontrado diferencias estadísticamente significativas. (X² = 2.612 p ≤ .856).

Sobre el origen geográfico de las informaciones publicadas por ambos diarios, se comprueba que existen diferencias en las informaciones recibidas desde el área del conflicto respecto al resto de localizaciones. Los análisis realizados desvelan diferencias estadísticamente significativas (X² = 11.615 p ≤ .040). Como puntualización, decir sobre el diario ABC que ha ofrecido más informaciones procedentes de los países limítrofes con Israel que La Vanguardia, como Egipto o Líbano. Cabe señalar que, en cuanto a la autoría (X² = 25.768 p ≤ .000), ABC ha tenido más enviados especiales (33%) que corresponsales (25.5%) que La Vanguardia, con casi la mitad de las informaciones redactadas por corresponsales (45.9%) antes que por enviados (12.2%).

En el gráfico 2 podemos ver la distribución de los géneros periodísticos encontrados en las piezas de ambos periódicos.

 

 

Fuente: Elaboración propia

Puede advertirse que el género interpretativo es el más presente sobre el resto, no encontrándose diferencias estadísticas (X² = 2.612 p ≤ .121), ya que la presencia de este género es similar en ambos diarios. Con la opinión, la situación es similar (X² = .977 p ≤ .323), las diferencias son mínimas de un diario a otro. Con las piezas informativas no ocurre lo mismo, mientras que ABC ronda un 40%, La Vanguardia apenas ronda un cuarto de piezas informativas, existiendo diferencias estadísticamente significativas en este aspecto (X² = 5.099 p ≤ .024). Si vemos por separado los diarios, La Vanguardia se ha focalizado más en la opinión que ABC, y éste ha mostrado mayor peso en las informaciones que en la opinión.

Sobre los recursos gráficos utilizados, las imágenes, especialmente las de agencia (93.5% sobre todas las imágenes analizadas), suelen ser los recursos más presentes en las informaciones publicadas, pero no existe diferencia en el uso que hacen las dos cabeceras (X² = .004 p ≤ .950). La infografía es el recurso menos utilizado (X² = .025 p ≤ .873), mientras que los destacados (X² = .187 p ≤ .665) tienen una presencia moderada en los dos diarios.

 

La relevancia del conflicto en los diarios

Para poder analizar el nivel de relevancia que los diarios dieron al conflicto durante su desarrollo, se han analizado la cantidad de piezas que estaban vinculadas a la portada y al editorial. Las diferencias entre el número de portadas de ABC (5.3%) y La Vanguardia (48.6%) son estadísticamente significativas (X² = 42.136 p ≤ .000). No sucede lo mismo en el caso de los editoriales, cuyos resultados son casi idénticos (X² =.009 p ≤ .923) como se observa en el gráfico 3.

 

 

Sobre la escasa presencia en los editoriales, hay que añadir que en ningún caso abrieron su sección en ninguno de los dos diarios. En el caso de las portadas, se analizaron distintos aspectos, para ver qué nivel de relevancia otorgaron los diarios al conflicto en su primera página. Para ello se analizó el tamaño de la información, la ubicación en la página o el uso de elementos gráficos:

En el gráfico 4 pueden apreciarse las diferencias entre ABC y La Vanguardia a la hora de incluir alguna referencia en su portada (X² = 43.159 p ≤ .000). Mientras que ABC ha otorgado menos espacio a todas las piezas vinculadas a su portada, La Vanguardia las ha presentado en distintos tamaños, aunque en su mayoría no llegaban a ocupar un espacio relevante.

 

 

En cuanto a la ubicación en portada, existen diferencias entre los diarios (X² = 45.833 p ≤ .000). Hay que puntualizar que ABC dedica su primera página a una única noticia importante utilizando elementos visuales y dejando poco espacio a otras informaciones, mientras que La Vanguardia reparte el espacio de la portada en varias noticias, dando visibilidad a distintas informaciones. En general, la presencia se concentra en el margen inferior, especialmente para ABC, que ha colocado todas las referencias en la parte inferior de la portada, aunque con mayor tendencia a la derecha que posee mayor visibilidad que a la izquierda. En el caso de La Vanguardia, el margen inferior izquierdo es el lugar donde más informaciones sobre el conflicto están ubicadas, pero también dedica bastante la posición central, lo que otorga mayor visibilidad en la primera página.

Sobre el uso de recursos gráficos en la portada existe una gran diferencia (X² = 45.628 p ≤ .000) entre ambos diarios por las mismas razones mencionadas para la ubicación. ABC prescinde del uso de estos elementos, debido al escaso espacio que ocupan las informaciones sobre el conflicto en la portada y que el único elemento gráfico que suele aparecer en la portada es el que acompaña a la noticia principal. El 32.4% de las referencias en portada del periódico La Vanguardia poseen imagen o infografía, dos tercios de las publicaciones en total. Como aporte adicional, se cruzaron estos datos con la ubicación y tamaño de las referencias en la portada en La Vanguardia. Todas las publicaciones que ocupaban media página o un cuarto contenían fotografía, mientras que sólo un 45% de tamaño menor las acompañaban (X² = 97.257 p ≤ .000). Sobre la ubicación, son más frecuentes las fotografías en el centro de la página, con un 47.6% de las piezas, mientras que en los márgenes superior e inferior la presencia es más escasa (X² = 94.914 p ≤ .000).

La distribución de las piezas por sección es otro de los datos recogidos. Para ello, se introdujeron seis valores al inicio de la investigación, una por cada sección del periódico, de las que sólo aparecen tres: Internacional, Opinión y Otra (sólo presente en ABC, bajo el nombre de Enfoque):

Como se observa en el gráfico 5, la mayor parte de las piezas dedicadas al conflicto se encontraban en la sección de internacional. ABC publicó el 25.5% de sus piezas en la sección de Enfoque ubicada al inicio del diario, a modo de presentación, mientras que La Vanguardia publicó el 5.4% restante en la sección de opinión, dando ABC menor importancia a este asunto en dicha sección. En este caso puede afirmarse que existe una diferencia estadísticamente significativa (X² = 22.141 p ≤ .000).

 

 

En las noticias dentro de la sección Internacional se consideraron dos aspectos: sí abrían la sección de internacional y si una vez dentro de la sección, en ésta se incluía otra con noticias relacionadas con el conflicto. En el gráfico 6 se muestra el primer aspecto:

 

 

En el gráfico 6 puede verse la diferencia entre el volumen de noticias que se encontraban en la sección internacional y de éstas, las que abrían dicha sección en ambas cabeceras. Puede verse en el caso de ABC el número de noticias es inferior a la Vanguardia, pero además ocurre lo mismo a la hora de abrir sección, aunque la diferencia no es muy grande, La Vanguardia (X² = 1.167 p ≤ .280) utilizó más noticias sobre este tema para abrir sección que ABC (X² =2.610 p ≤ .271).

Por otro lado, ambas secciones de internacional publicaban bajo un subtítulo grupos de noticias relacionadas con un hecho en particular, como es el desarrollo de este conflicto. Por ello, se analizó también la presencia de dichas subsecciones y la cantidad de piezas de la sección internacional que podían estar enmarcadas bajo éstas. Los resultados se muestran en el gráfico 7:

 

 

El caso más llamativo es el de La Vanguardia, con casi todas las piezas enmarcadas dentro de la sección de internacional desde el primer día, bajo títulos como “Convulsiones en Oriente Medio” o “El conflicto israelo – palestino” que pasó a llamarse “El conflicto palestino – israelí” a partir del 21 de julio de 2014 y se mantuvo hasta el último día del conflicto. En el caso de ABC, el porcentaje de piezas bajo otra sección es menor. Para puntualizar, la primera pieza que apareció bajo una de estas subsecciones fue el 19 de julio llamada “Guerra en Gaza. La marcha de la contienda”, a la que más tarde se añadirían secciones dedicadas a las víctimas o a las negociaciones.

 

El encuadre del conflicto

Se consideraron ocho encuadres en esta investigación: conflicto, drama, interés humano, económico, político, paz, terrorismo y denuncia. Una misma pieza puede contener más de un encuadre. En primer lugar, el gráfico 8 muestra su distribución por diario:

 

 

En el caso del encuadre de conflicto no se aprecian diferencias estadísticamente significativas en ambos periódicos (X² = .386 p ≤ .534), ya que ambos han incluido dicho enfoque en gran parte de sus piezas, especialmente ABC, pues el encuadre más presente en La Vanguardia es el de drama, que en comparación con ABC tampoco muestra diferencias reseñables (X² = .256 p ≤ .613). Como tercer marco más presente en las dos cabeceras está el político (X² = .491 p ≤ .483), con mayor presencia en el diario La Vanguardia que en ABC, aunque como puede apreciarse ocurre igual que en el resto, las diferencias son mínimas. Siguiendo la misma línea, el encuadre de terrorismo no posee diferencias estadísticamente significativas entre las cabeceras analizadas (X² = .592 p ≤ .442), siendo más presente en La Vanguardia que en ABC, como ocurre con los marcos económico (X² = 1.105 p ≤ .293), de paz (X² = .020 p ≤ .887), y de denuncia (X² = 2.090 p ≤ .148). Por último, el encuadre de interés humano posee mayor presencia en ABC, como ocurre con el de conflicto, aunque las diferencias entre los dos diarios no son significativas (X² = .451 p ≤ .502).

También se hizo un análisis según su distribución en las siete semanas de conflicto. Para ello, se seleccionaron los tres encuadres más presentes en ambos periódicos: Conflicto, drama y político:

En el gráfico 9 se aprecia la evolución que mostraron los encuadres de conflicto, drama y político a lo largo de las siete semanas de conflicto, sin distinción por diario. Se puede ver que la evolución de los tres marcos varía en función el tiempo pasa, como ocurre con conflicto (X² =30.733 p ≤ .000) donde se muestran marcadas diferencias desde el inicio de la contienda (96.3% de las piezas) hasta el pacto la tregua (63.2%). Con el encuadre político las diferencias no son significativas (X² = 7.534 p ≤ .274), ya que se mantiene durante todas las semanas en unos niveles similares, experimentando sólo un cambio más brusco entre la quinta y la sexta semana. Por último, el encuadre de drama presenta una gran variación entre el inicio y el final de este período (X² = 19.841 p ≤ .003), llegando a estancarse hacia la cuarta semana y repuntando en la sexta, pero el volumen de noticias con el encuadre de drama alcanzado en la segunda semana (92.9%) no es el mismo que se registró en la última (63.2%). Del resto de encuadres, que no está representados en el gráfico 9, podemos destacar el marco de paz (X² = 21.088 p ≤ .002) y el de denuncia (X² = 4.620 p ≤ .016), cuya diferencia en la presencia en todas las semanas es significativa; todo lo contrario que el de interés humano (X² = 4.191 p ≤ .651), el económico (X² = 4.620 p ≤ .593) y el de terrorismo (X² = 6.792 p ≤ .341), que se mantienen estables.

 

 

En el gráfico 10 están representados los encuadres por semana más presentes en ABC:

 

 

Aquí puede verse que los encuadres de conflicto y drama sufren más variaciones que el político, que se mantiene estable. El de conflicto (X² = 18.933 p ≤ .004) estuvo más presente durante las cuatro primeras semanas, después experimentó un ligero descenso hasta el final de la guerra. En el caso del enfoque de drama (X² = 21.416 p ≤ .002), alcanza su máxima presencia (100%) en la segunda semana, pero sufre variaciones hasta cerrar la séptima semana con un 58.3% de piezas que incluían este encuadre. Por último, el encuadre político (X² = 6.282 p ≤ .392) se mantiene estable durante todo el período, y alcanza su nivel máximo la última semana, fechas clave en las negociaciones de la paz. En el resto de encuadres, destaca el encuadre de paz (X² = 21.637 p ≤ .001) que posee diferencias estadísticamente significativas; los encuadres sobre economía (X² = 12.523 p ≤ .051) y denuncia (X² = 11.668 p ≤ .070) presentaron también ligeros cambios, al contrario que los de interés humano (X² = 5.619 p ≤ .467) y los de terrorismo (X² = 5223 p ≤.516), que se mantienen estables.

Este mismo análisis aplicado al caso de La Vanguardia:

El encuadre de conflicto presenta diferencias destacables (X² = 18.796 p ≤ .005) desde el inicio, donde el encuadre es mucho más presente (100%) hasta desaparecer en la sexta semana de la operación, para repuntar en la última con un 85.7% de presencia en las piezas publicadas. El encuadre de drama ocupa por completo esa sexta semana, pero sus valores apenas varían en las cuatro primeras, por lo que no existen diferencias estadísticamente significativas (X² = 7.528 p ≤ .275). Con el encuadre político, las diferencias son más evidentes, teniendo una presencia irregular (X² = 9.251 p ≤ .160). Al contrario que en el caso de ABC, este encuadre alcanza su cota más alta de presencia la primera semana de publicaciones. El resto de marcos no destacan especialmente sobre estos, aunque puede decirse que el encuadre de denuncia presenta más diferencias que el encuadre de drama, (X² = 9.363 p ≤ .154). El resto, interés humano (X² = 1.722 p ≤ .943), económico (X² = 5.478 p ≤ .484), paz (X² = 6.852 p ≤ .335) y terrorismo (X² = 4.692 p ≤ .584), quedan en un segundo plano.

 

Las fuentes informativas del conflicto

El número máximo de fuentes consultadas en una pieza fue de 17 y el mínimo fue 0. La media total de fuentes utilizadas está establecida en 4.26. La distribución en el número de fuentes según la cabecera es el siguiente:

 

 

Como se puede ver en el gráfico 12, La Vanguardia tiende a utilizar más fuentes que ABC en la construcción de sus noticias (X² = 26.492 p ≤ .022). El número más alto de fuentes registrado en La Vanguardia es de 17, mientras que ABC llega a utilizar un máximo de 13. En el caso de La Vanguardia, el uso de fuentes en las piezas suele ser de tres y el de ABC, cuatro. Cabe destacar también que ABC tiene un porcentaje de piezas significativo que no posee ningún tipo de fuente de información señalada. En cuanto al tipo de fuente, se dividieron en dos tipos: las oficiales como la ONU, los gobiernos y los ejércitos; y por otro las no oficiales, donde entran los civiles, las víctimas y otros expertos. La distribución por diario de las dos tipologías está expresada en el gráfico 13:

 

 

 

El uso de fuentes oficiales es muy similar en ambas cabeceras (X² = 5.393 p ≤ .067), en este aspecto no se aprecia mucha diferencia, aunque sí ocurre en las fuentes no oficiales (X² = 14.033 p ≤ .001), donde La Vanguardia hace un mayor uso de éstas, mientras que ABC apenas acude a ellas en la mitad de sus piezas. Sobre la mención de estas fuentes de información, se realizó una división entre mención directa y mención indirecta. Con directa, nos referimos a aquellas declaraciones expresadas con comillas o sin ellas que aluden a un comentario que haya realizado la fuente; la mención indirecta reúne apuntes de otros medios de comunicación, como las agencias, o comunicados oficiales, cifras o encuestas citadas.

En cuanto a la mención de estas fuentes oficiales son mencionadas de manera directa, tanto en ABC (X² = 95.557 p ≤ .000) como en La Vanguardia (X² = 85.426 p ≤ .000), y las no oficiales aparecen en los dos diarios de forma indirecta tanto en ABC (X² = 114.365 p ≤ .000) como en La Vanguardia (X² = 83.212 p ≤ .000).

 

 

Los protagonistas del conflicto

En todas las piezas se analizaron un máximo de tres protagonistas. Se tuvieron en cuenta tres criterios: la nacionalidad, la tipología y la presentación. Por nacionalidad se señalaron especialmente las dos más presentes: la israelí y la palestina, y en tercer lugar otras nacionalidades; en el caso de la tipología se distinguieron entre civiles, autoridades, terroristas y otros (analistas, expertos, etc.), con el fin de indicar de qué manera eran calificados los protagonistas; por último, en el caso de la presentación, se alude a la forma en la que la pieza los describe, bien sea de manera positiva, negativa o como víctima. El gráfico 15 muestra la presencia de los israelíes por distintas categorías según su lugar en las piezas:

 

 

En el gráfico 16 puede apreciarse que, en el caso del primer protagonista, los israelíes son mayoritariamente autoridades, dejando a los civiles en un segundo plano, ya que poseen mayor protagonismo en el tercer puesto. Cuando los israelíes aparecen como segundo protagonista suelen pertenecer a grupos de expertos, analistas o periodistas, dejando en un segundo lugar a las autoridades y a los civiles. Las diferencias son estadísticamente significativas (X² = 224. 687 p ≤ .000).

 

 

En el caso de los palestinos (X² = 270.247 p ≤ .000), la tipología más presente en todos los protagonistas es el de terrorista, ausente en los israelíes. Aunque también se puede apreciar que los civiles poseen una presencia significativa, siendo el segundo tipo más presente en todas las categorías. Las autoridades aumentan su presencia en la segunda categoría. En cuanto a la presentación se han dividido de la misma manera los datos. En el gráfico 15 está representados los israelíes por categorías y tipos; en el gráfico 16, los palestinos.

 

 

Tanto en el primer protagonista como en el segundo, la presencia de los israelíes en las piezas tiende a ser negativa. En el caso del tercer protagonista aparece la figura del israelí como víctima (X² = 262.642 p ≤ .000). Los rasgos positivos, en el caso de aparecer, son escasos y sólo están dentro de los dos primeros protagonistas. El caso de los palestinos es muy diferente al de los israelíes:

 

 

En términos generales, el palestino aparece retratado como víctima en todas las categorías, quedando la imagen negativa en un segundo lugar muy evidente (X² = 221.666 p ≤ .000). La presentación positiva de los palestinos es anecdótica, aunque a diferencia de los israelíes, ésta sí aparece en todas las categorías.

 

 

La única diferencia significativa encontrada entre ambos, sería en el tercer protagonista donde, en las dos cabeceras, la presencia de palestinos es mucho mayor que de israelíes (X² = 10.695 p ≤ .013), mientras que en las otras dos categorías mantienen un equilibrio entre ambas nacionalidades.

 

 

Entre los tipos de protagonistas destaca la gran presencia de autoridades en todas las categorías, no existiendo grandes diferencias entre los diarios. Los actores asociados con el terrorismo están más presentes en La Vanguardia, mientras que, en ABC, aparece únicamente en los dos primeros protagonistas. Los civiles tienen una presencia irregular en ambos diarios.

 

 

Por último, respecto a la evaluación de los actores tampoco existen muchas diferencias entre los dos diarios. Como ocurre con la nacionalidad y la tipología, las diferencias más significativas se encuentran en el tercer protagonista (X² = 7.400 p ≤ .060), pero no llegan a ser estadísticamente significativas. Prevalece la imagen negativa sobre el resto en ambos periódicos, mientras que la presentación como víctima es más habitual en La Vanguardia. La imagen positiva es mucho más evidente en el tercer protagonista en ambas cabeceras, siendo ligeramente más presente en ABC.

 

Conclusiones

El objetivo principal de este trabajo era analizar cómo dos diarios españoles informaron sobre la Operación Margen Protector. Tras realizar el análisis se ha llegado a diferentes conclusiones. En primer lugar, la relevancia fue uno de los aspectos principales a analizar desde la teoría del framing, se estimó que la relevancia del conflicto fue similar tanto en ABC como en La Vanguardia. Está hipótesis no se cumple, ya que bien por la organización del medio o por su línea editorial, las portadas de ambos periódicos tienen una distribución muy distinta, pues en el caso de ABC su portada es una fotografía mientras que La Vanguardia tiende a tratar distintos temas en la suya. Dicho esto, se llegó a la conclusión de que la relevancia, tanto por su presencia en portada y editoriales, así como la apertura de las secciones, era mayor en La Vanguardia con bastante diferencia respecto a ABC. En el caso de éste último puede verse que el espacio dedicado en portada es claramente inferior que en la otra cabecera, y cuando aparece en primera plana el espacio y la posición siempre tienden a ser menos visibles, además de no contar con elementos visuales. Como apunte, decir que la aparición del conflicto en los editoriales de ambos es escasa. Por lo tanto esta primera hipótesis queda descartada al no cumplirse y existir gran diferencia en el tratamiento de la información.

En segundo lugar se trató el uso de los encuadres dentro de las piezas informativas publicadas, estimando que debido a la naturaleza del conflicto sería dicho encuadre el más presente en las informaciones. Esto sucedió en el diario ABC durante las siete semanas que duró la operación, siendo el encuadre de conflicto el predominante sobre el resto. En el caso de La Vanguardia este encuadre quedó en segundo plano tras el enfoque dramático que tuvieron sus piezas informativas, tal y como ocurrió en el trabajo de Nicolás (2013) o en la investigación de Ross (2003), por lo que esta hipótesis, al igual que la anterior, queda descartada.

Puntualizando sobre el uso de los géneros periodísticos se estimó que el predominante sobre el resto sería el informativo, pero en ambos casos se observó que no se cumple esta hipótesis, estando más presente el género interpretativo en forma de reportajes o crónicas, e incluso quedando en último lugar como en el caso de La Vanguardia. La presencia del género de opinión es menor, aunque ABC es la cabecera que menos lo utiliza. Esto supone que lo que afirmaba Macía – Baber sobre la ausencia de reportajes sobre este conflicto en los medios (2013: 95) no se cumple en este caso.

El uso de las fuentes ha sido uno de los puntos clave de esta investigación. Por ello se planteó que el uso de fuentes oficiales y no oficiales sería equitativo en ambos casos. Tras el análisis pudo comprobarse que esta hipótesis se cumplía ya que ambos periódicos abusaban de las fuentes oficiales, a pesar de tener corresponsales en la zona de conflicto y acceso a otro tipo de fuentes. En el caso de La Vanguardia, éstas tienen más presencia que en ABC. Sobre el estilo de mención de dichas fuentes solamente queda apuntar que es igual en ambos, así como el uso medio de fuentes por pieza informativa. Esta conclusión es similar a la que llegaron Dimitrova y Strömbäck en la comparativa del uso de las fuentes entre un periódico estadounidense y otro sueco, llegando al término de que el abuso de fuentes oficiales era predominante en ambos, pero que en el caso del sueco sí que existía mayor equilibrio entre oficiales y no oficiales.

Sobre la presencia y la presentación se plantearon dos hipótesis. En la primera, que la presencia de ambos actores (palestinos e israelíes) sería equitativa en ambas cabeceras, incluyendo una presencia equitativa de los roles (civiles y autoridades). En este caso se ha comprobado que la presencia de las autoridades de ambos bandos es predominante sobre el resto y que la presencia de civiles, lejos de ser anecdótica es bastante recurrente pero en un segundo plano. Desde el punto de vista de la procedencia de los protagonistas, los palestinos aparecen en más informaciones que los israelíes en ambos medios.

La otra hipótesis sobre este asunto está relacionada con la presentación de los protagonistas de las informaciones, aludiendo que sería similar en los dos periódicos. En otros trabajos similares, como el de Fahmy y Eakin (2014) pudieron verse diferencias entre distintos medios. Bien es cierto que en este trabajo se compararon tres periódicos bien diferenciados como son el The New York Times, The Guardian y Haaretz, siendo este último israelí y el que presentaba mayores diferencias en el uso de un lenguaje más emotivo y una victimización de sus protagonistas, orientando su cobertura hacia el war journalism, mientras que en el caso de los otros dos medios primó un encuadre del denominado peace journalism (2014: 98). En este caso, los resultados del análisis indicaron de nuevo que la hipótesis se cumple siendo predominante la presentación en tono negativo, pero sí es reseñable que en La Vanguardia la categoría de víctima también es bastante presente y en ABC la presentación positiva le sigue a la negativa. Aunque las diferencias no son extraordinarias., ya que no se hace especial distinción entre palestinos e israelíes. Este asunto fue planteado por Ross (2003) en su análisis de los editoriales de The New York Times sobre este conflicto tras el 11S, donde sí se advirtieron grandes diferencias entre palestinos, comúnmente presentados como terroristas, e israelíes que frecuentaban el papel de víctimas en este conflicto. Como también ocurrió en la investigación de Deprez y Raeymackers donde se apreciaron diferencias entre la cobertura de la primera y segunda Intifada, ya que la imagen de los palestinos fue tornando de algo más positiva a totalmente negativa, mientras que los israelíes sufrían la transformación contraria, primero como agresores y más tarde como víctimas (2010: 92).

Como conclusión final de este trabajo de investigación, queda apuntar en líneas generales, que tanto la relevancia otorgada al conflicto como su tratamiento a lo largo del período de la operación han variado ligeramente. Por lo que no se pueden demostrar diferencias significativas, puede decirse que, aun existiendo esas diferencias, la cobertura y su tratamiento ha sido similar, ya que las diferencias han variado en aspectos de organización del medio o diseño periodístico.

 

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