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Revista de Enfermagem Referência

versão impressa ISSN 0874-0283

Rev. Enf. Ref. vol.serIV no.16 Coimbra mar. 2018

https://doi.org/10.12707/RIV17060 

ARTIGO DE INVESTIGAÇÃO

RESEARCH PAPER

 

Factores estresores en pacientes en unidades de cuidado intensivo adulto

Stressors in patients admitted to adult intensive care units

Fatores de stresse em pacientes em unidades de cuidados intensivos de adultos

 

Diana Carolina Bernal Ruiz*; Renata Virginia González Consuegra**; Ingrid Tatiana Rojas Ruiz***

* MsC., Enfermera hemodinamia, Universidad Nacional de Colombia, 111321, Bogotá, Colombia [dcbernalr@unal.edu.co]. Contribuição no artigo: investigación bibliográfica base de la introducción y marco contextual de artículo, diseño las cuestiones de investigación y la metodología; recogió, organizó y analizó los datos; planteo la discusión y las conclusiones.

** Ph.D., Enfermera. Profesora titular, Universidad Nacional de Colombia, 111321, Bogotá, Colombia [rvgonzalezc@unal.edu.co]. Contribuição no artigo: guio el proceso de recolección bibliográfica; colaboro con el planteamiento y organización de la metodología; superviso la recogida de datos y contribuyo con su análisis y posterior discusión.

*** MsC., Profesora titular, Fundación Universitaria Cafam, 111211, Bogotá, Colombia [tatianarojasruiz@gmail.com]. Contribuição no artigo: planteamiento y organización de la metodología; realizo el análisis estadístico y participo en la discusión y las conclusiones.

 

RESUMEN

Marco contextual: Las unidades de cuidado intensivo (UCI) son áreas consideradas generadoras de estrés dado el entorno y el enfoque biomédico que allí se practica.

Objetivos: Identificar la percepción y el nivel de estrés que las situaciones que ocurren en las UCI generan sobre los pacientes y determinar las características sociodemográficas influyentes.

Metodología: Estudio observacional, de corte trasversal, con intencionalidad analítica. Se aplicó la Escala de Factores Estresantes Experimentados por los pacientes en la UCI.

Resultados: El 13% de los entrevistados expresaron un nivel moderado o alto de estrés. Tener preocupaciones por su salud y las repercusiones de esta, no poder ir al baño, no poder cumplir con su papel en la familia, no tener control de sus actividades y sentir dolor son las situaciones más estresoras. De los datos sociodemográficos, la escolaridad (p = 0,028): primaria (p = 0,028; OR = 16) y universitario (p = 0,027; OR = 17) resultaron influyentes.

Conclusión: Para la mayoría de los entrevistados la estancia en la UCI resultó poco o nada estresante. El nivel educativo predispone la percepción del estrés. Las situaciones más estresoras son las emocionales.

Palabras clave: cuidados críticos; unidades de cuidados intensivos; enfermedad crítica; estrés psicológico; estrés fisiológico; factores de riesgo

 

ABSTRACT

Background: Intensive care units (ICU) are stress-generating settings given the environment and the biomedical approach that is practiced there.

Objectives: To identify the perception and level of stress that the situations that occur in the ICU generate on the patients and determine the sociodemographic characteristics influencing stress.

Methodology: Observational, cross-sectional study with an analytical approach in which the Escala de Factores Estresantes Experimentados por los Pacientes en UCI was applied.

Results: In this sample, 13% of respondents had a moderate or high level of stress. The most stressful situations included being concerned about their health and its consequences, not being able to go to the bathroom, not being able to fulfill their role in the family, not having control over their activities, and feeling pain. The analysis of the sociodemographic data showed that education (p = 0.028): basic (p = 0.028 ; OR = 16) and university (p = 0.027; OR = 17) influenced the level of stress.

Conclusion: For most of the interviewees, ICU stay was not stressful or mildly stressful. The educational level predisposes to stress perception. The most stressful situations are emotional situations.

Keywords: critical care; intensive care units; critical illness; stress, psychological; stress, physiological; risk factors

 

RESUMO

Enquadramento: As unidades de cuidado intensivo (UCI) são consideradas geradoras de stresse dado o ambiente e a abordagem biomédica que ali se pratica.

Objectivos: Identificar a perceção e o nível de stresse que as situações que ocorrem nas UCI geram nos pacientes e determinar as características sociodemográficas que o influenciam.

Metodologia: Estudo observacional, de corte transversal, com intencionalidade analítica, onde foi aplicada a Escala de Factores Estresantes Experimentados por los Pacientes en UCI.

Resultados: Treze por cento dos entrevistados expressaram um nível moderado ou elevado de stresse. Apresentam preocupações sobre a sua saúde e o impacto desta, não poder ir à casa de banho, não ser capaz de cumprir o seu papel na família, não ter controlo das suas atividades e dor são as situações mais stressantes. Dos dados sociodemográficos, escolaridade (p = 0,028): primária (p = 0,028; OR = 16) e universidade (p = 0,027 ; OR = 17), foram influentes.

Conclusão: Para a maioria dos entrevistados a permanência na UCI foi pouco ou nada stressante. O nível de escolaridade explica a perceção do stresse. As situações mais stressoras sao as emocionais.

Palavras-chave: cuidados críticos; unidades de terapia intensiva; estado terminal; estresse psicológico; estresse fisiológico; fatores de risco

 

Introducción

Las unidades de cuidado intensivo (UCI) son consideradas un área generadora de estrés. Cuando una persona ingresa allí es susceptible de estresarse (Chamorro & Romera, 2015; Olausson, Lindahl, & Ekebergh, 2013) pues se enfrenta a estímulos estresores como: La admisión a un lugar que por sí mismo supone una amenaza vital y sentir de cerca la muerte, dado lo complejo del proceso salud-enfermedad. La elevada instrumentalización de los cuidados, el ambiente sofisticado, la abundancia de elementos tecnológicos y el uso de medicamentos que pueden afectar la lucidez y la agudeza mental (Guttormson, 2014). La ausencia de actividades de recreación o distracción, el ambiente monótono y las rutinas de cuidado similares cada día. La interrupción del ritmo cotidiano y circadiano. El establecimiento de nuevos horarios, la separación de las pertenecías personales, de los seres queridos, de la familia y el abandono de las interacciones comunes (trabajo, casa).

En la UCI existe subordinación frente al propio cuerpo, las actividades que le inmiscuyen y las necesidades básicas. Es tangible la pérdida de la autonomía, la adopción de un rol pasivo, el sometimiento a procedimientos que trasgreden la privacidad (ser despojado de la ropa, exponer constantemente el cuerpo, tener frecuentemente exámenes físicos; Baggio, Pomatti, Bettinelli, & Erdmann, 2011) y la continua estimulación con sonidos, olores, iluminación artificial y exámenes que pueden provocar dolor, alterar el sueño, la movilidad, la capacidad de comunicación y la alimentación.

Dado que se ha demostrado que, en conjunto, estresores y estrés ponen en riesgo el bienestar y confort de las personas (Jutte, Erb, & Jackson, 2015) y favorecen la aparición de respuestas psicofisiológicas perjudiciales que entorpecen la recuperación (Parker et al., 2015). El objetivo de este estudio es identificar la percepción y el nivel de estrés que generan sobre los pacientes las situaciones ambientales, emocionales, sensoriales y de comunicación que ocurren en la UCI (Escala de Factores Estresantes Experimentados por los Pacientes en UCI), así como determinar las características sociodemográficas influyentes.

 

Marco contextual

El estrés es un proceso adaptativo de tensión del organismo ante cualquier situación que es evaluado por el individuo como excepcional, amenazante y desbordante de recursos. En la literatura, el estrés se concibe como respuesta, estímulo o interacción (Rom & Reznick, 2016) dependiendo el énfasis que se haga a sus elementos.

Como respuesta su concepción nace en 1936 con los estudios de Hans Selye y John Manson, quienes lo consideraron como: la suma de todas las reacciones estereotipadas que ocurre ante cualquier tarea exigente o demanda sobre el cuerpo, designando un proceso bioquímico de respuestas mediadas por el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal y otras hormonas, cuyo fin es mantener la vida y adaptarse a las influencias externas cambiantes.

Como estímulo, el estrés es algo externo que provoca tensión y que se conoce en 1979 bajo la teoría de los sucesos vitales propuesta por Thomas Holmes y Richard Rahe. En ella se postula que los acontecimientos o eventos sociales son las experiencias del individuo capaces de generar de manera inusual o extraordinaria reacciones fisiológicas, o psicológicas, en función de la cantidad de cambio que sobre los hábitos y conductas conlleven estos serán considerados como estresores.

Finalmente, como interacción, aparece en 1986 el postulado de Richard Lazarus y Susan Folkman conocido como Modelo Transaccional. En este, el estrés es un proceso adaptivo ante el entorno considerado potencialmente peligroso. Su aparición dependerá de la estimación que sobre las situaciones hacen las personas de acuerdo con la edad, la educación, el sexo, el origen étnico, la religión, las metas, los valores, las experiencias y de los recursos disponibles para hacerle frente.

Para que haya estrés se necesitan factores estresores o causas de estrés, que son los términos bajo los cuales se designa cualquier elemento, situación o estímulo que por su capacidad de incontrolabilidad, cambio o desconocimiento puede producir estrés. De acuerdo con Orlandini (1999), los estresores se pueden separar según el momento en el que actúan (remotos, recientes, actuales, futuros), el período en el que actúan, la cantidad en la que se presentan (únicos o múltiples), la intensidad del impacto que procuran (microestresores, estresores moderados, intensos), la naturaleza del agente (físicos, químicos, fisiológicos, intelectuales, psicosociales), el tema (familiar, ocupacional, marital, económico), la realidad del estímulo (real, representado, imaginario) y la localización de la demanda (exógena o ambiental, endógena, intrapsíquica).

Independientemente de su conceptualización, la Organización Mundial de la Salud (CIE-10. 2010 Clasificación de los trastornos mentales) y la sociedad American Psychiatric Association (DSM IV-TR. 2013. Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales) reconocen que el estrés puede actuar como mecanismo que mantiene la mente alerta, concentrada y enérgica (alostasis). Sin embargo, también es una demanda intensa que produce respuestas que sobrepasan la capacidad de resistencia del organismo, perjudicando la salud y dando fundamento a la génesis de trastornos como HTA, arritmias, hipoperfusión, hiperglucemia, hiperlactatemia y predisposición a infección; úlcera gástrica, mayor percepción del dolor, insomnio, irritabilidad, depresión, ansiedad, miedo, melancolía, fatiga, entre otros, que pueden equipararse con el empeoramiento de una enfermedad, por lo que es necesario tratarlo y evitarlo (Elliott et al., 2014).

 

Cuestiones de investigación

Cuáles son las situaciones vividas en la UCI que son consideradas por los pacientes adultos como estresoras?

Cuál es el nivel de estrés que experimentan los pacientes en la UCI?

Cuáles son los factores sociodemográficos que se relacionan con la percepción del estrés en pacientes adultos de la UCI?

 

Metodología

Se realizó un estudio observacional, de corte trasversal, con intencionalidad analítica. Se estudiaron durante enero de 2014 y enero de 2015, 353 pacientes de tres UCI de una institución de salud de cuarto nivel. La selección de pacientes se hizo por conveniencia de forma consecutiva a medida que los casos iban llegando. El número fue calculado a partir del porcentaje de personas/año hospitalizadas en esas UCI, un error máximo admisible del 5% y asumir una población infinita. Se incluyeron personas con 24 horas mínimo de estancia en el servicio, edad ≥ a los 18 años, estado de conciencia-orientación conservado (comprobación con Escala de Glasgow de 15/15) y sin limitación para la comunicación. Se descartó la participación de individuos que no entendieran o hablaran el idioma español, que hubiesen tenido delirio y/o enfermedad con compromiso neurológico.

Los datos fueron recogidos por los investigadores mediante una entrevista individual estructurada en el momento del alta si el paciente salía de la UCI para la casa, el día 1 o 2 si estaba hospitalizado y en unos pocos casos, cuando coincidía el alta de la UCI con el fin de semana, el día 3. Para los datos sociodemográficos se utilizó un formato elaborado por las autoras en el que se evalúo la edad, el género, el estado civil, la escolaridad, la situación profesional, el número de personas a cargo, el tiempo de hospitalización, el tipo de seguridad social en salud (Empresa promotora de salud - EPS): estancia con cubrimiento de los requerimientos básicos en salud gracias a cotización de las personas con capacidad de pago. Administradora del régimen subsidiado (ARS): estancia con cubrimiento de los requerimientos básicos en salud gracias a una cotización subsidiada para la población sin capacidad de pago y vulnerable; medicina prepagada: estancia con cubrimiento de los requerimientos básicos en salud más cotización de un plan complementario que mejora los servicios de hotelería), y el tipo de admisión (urgencia: en la que el paciente desconoce lo que es la UCI; programada: en la que el paciente previamente se le ha hablado de lo que implica su estancia en la UCI).

Para la identificación del estrés se utilizó la Escala de Factores Estresantes Experimentados por los Pacientes en UCI, la cual ha sido validada en el contexto colombiano y reporta validez facial: índice de concordancia simple > a 0,8; validez de contenido: índice modificado de Lawshe > 0,58; alfa de Cronbach de 0,877; coeficiente de Spearman de 0,811; coeficiente de Guttman de 0,810 (Bernal Ruiz & González Consuegra, 2016). Dicho instrumento está compuesto por 45 situaciones estresoras (ambientales, emocionales, sensoriales y de comunicación) que se evalúan de acuerdo con una escala Likert que se puntúa como 1: si resulta nada estresante, 2: si es poco estresante, 3: cuando es moderadamente estresante y 4: cuando es muy estresante. Por lo tanto, el puntaje máximo posible es de 180 y el mínimo de 45 aunque este podría ser menor en la medida que podían descartarse estresores si no aplicaban a la situación del paciente. Al finalizar la escala, cada entrevistado podía realizar los comentarios que considerara pertinentes.

El análisis estadístico se llevó a cabo mediante los programas Microsoft Excel y IBM SPSS Statistics, versión 17.0. Las variables cualitativas se reportan como proporciones y las variables cuantitativas como media y desviación estándar. El análisis bivariado se realizó con prueba de asociación de X2 para establecer la diferencia de proporciones en variables cualitativas, para determinar diferencia significativa en variables cuantitativas se utilizó t de student. Con respecto al análisis multivariado, se realizó la regresión logística binaria para calcular la significancia estadística y la odds ratio (OR), dado que se trata de un desenlace dicotómico en el que intervienen variables tanto cualitativas como cuantitativas, y es un método que permite establecer modelos predictivos y explicativos.

El estudio tuvo en cuenta los lineamientos éticos existentes para la investigación clínica con humanos, el aval del comité de ética e investigación de la institución de salud donde se desarrolló, y contó con la firma del consentimiento informado de los participantes.

 

Resultados

La edad de los sujetos del estudio estuvo entre los 19 y 96 años, con una media de 61,8 años. En su mayoría, los participantes fueron del género masculino (68%), casados (59,2%), sin ninguna persona a cargo (37,4%), con nivel de escolaridad básico (primaria 34,8%), empleados (24,4%) y con EPS (81%). La UCI especializada en trastornos coronarios fue la que más admisiones tuvo (52,9%), con ingreso de urgencia (81,3%) y con tiempos de estancia cortos (3,85 días) lo más común (Tabla 1).

El 13% de los entrevistados expresó un nivel moderado o alto de estrés (puntaje ≥ 91 en la escala de evaluación) en contraposición de la mayoría de la población (87%), que consideró la UCI como nada o poco estresante (puntaje ≤ 90). Las situaciones que resultaron ser más estresores son las relacionadas con tener preocupaciones por su salud y las repercusiones de esta en su vida diaria (45,9%), no poder ir al baño (45,9%), no poder cumplir con su papel en la familia (41,1%), no tener control de sus actividades (33,4%) y sentir dolor (31,4%). En contraposición, estar hombres y mujeres hospitalizados en el mismo espacio (0,8%), sentir que las personas que lo atienden prestan más atención a las máquinas que hay a su alrededor que a usted (0,8%), ser presionado para aceptar la realización de tratamientos (1,1%), que se utilicen palabras que usted no entiende (1,4%), ver como se realizan tratamientos a otros pacientes (1,4%) y que el personal que lo atiende haga cosas alrededor de su cama constantemente sin informarle (1,4%) se consideraron las menos estresoras (Tabla 2).

Se realizó el análisis bivariado de las características sociodemográficas y de los estresores incluidos en la escala, y se encontró significancia estadística de la escolaridad (p = 0,028) y del ítem 31 (p = 0,040): Sentir que el personal que lo atiende no tiene suficiente tiempo para su cuidado, lo que sugirió que estos son factores relacionados con el estrés en la UCI. Con los hallazgos antes descritos, se hizo el análisis multivariado mediante regresión logística binaria. Los resultados (Tabla 3) reiteraron para la escolaridad la significancia estadística en las categorías primaria (p = 0,028, OR = 16) y universitaria (p = 0,027, OR = 17) con Wald 4,85 - 4,87 respectivamente, y desvirtuaron el ítem 31, pues este no mostró significancia en el modelo evaluado. Por lo tanto, se puede afirmar que el hecho de tener un nivel educativo bajo correspondiente a la primaria o un nivel educativo profesional es influyente en la percepción de los estresores y del estrés en el grupo estudiado.

 

 

Discusión

Contrario a lo que se pensaría, las calificaciones poco estresante y nada estresante son las respuestas predominantes de los pacientes cuando se les pide evaluar situaciones durante su estancia en la UCI. Este resultado es similar a los hallazgos de los estudios realizados por Soh, Soh, Ahmad, Abdul Raman, y Japar (2008), Fernandes da Cruz, Machado, Fernandes da Cruz, y Salazar Posso (2013), en los que no se identificaron niveles elevados de estrés, lo que confirma que no hay acontecimientos universalmente estresores, sino que estos solo existen cuando una persona los define como tal. Por esto, la cantidad de estrés de alguien dependerá de la adecuación entre las demandas del medio, los recursos con los que se cuenta y la manera en que el sujeto interacciona con esto y puede dar respuesta a los fenómenos externos tal como lo plantea el Modelo Transaccional de Lazarus y Folkman.

En particular consideramos que nuestros resultados también podrían explicarse por la evaluación que hacen los pacientes de la UCI, pues muchos de ellos expresan y consideran que las situaciones que se viven en la UCI son protectoras, benéficas y necesarias para preservar la existencia, independientemente del grado de amenaza que ocasionen. En particular consideramos que nuestros resultados también nos explicamos por términos de los entrevistados, por escoger entre vivir o morir y/o por recuperarse del estado delicado de salud se tolera la desnudez, la ausencia de la familia, el dolor, la incomodidad, la soledad y el aburrimiento.

El tener dentro de la población objeto de estudio predominancia del género masculino, para quien es más difícil expresar sus sentimientos (Borraz-Léon, Herrera-Pérez, Cerda-Molin, & Martínez-Mota, 2015) o quienes se mostraron menos dispuestos a discutir sus preocupaciones.

Los tiempos de estancia cortos que restringen la exposición al medio de la UCI e influyen en la percepción que se tiene de ella. Badia-Castelló, Trujillano-Cabello, Serviá-Goixart, March-Llanes, y Rodríguez-Pozo (2006), en sus estudios sobre este aspecto, encontraron que cuando los días de estancia en la UCI son menores, los pacientes no construyen recuerdos o su memoria no es ilusoria, mientras que a más días de internación, mayor posibilidad de construir una memoria ilusoria, entendida esta como alucinaciones, pesadillas o pensar que se le quería hacer daño.

El grado de complejidad de la atención que limita la cantidad de estresores (Dias, Resende, & Diniz, 2015), ya que, en coherencia con las principales causas de morbimortalidad en el mundo, la unidad de la que más pacientes se obtuvieron datos fue la UCI denominada coronaria, que se especializa en problemas cardiovasculares y que en la institución brinda cuidado intermedio. Por lo mismo, la monitorización, las medidas terapéuticas y el soporte vital son menos agresivos e invasivos, de ahí que nuestro estudio contradiga otros en los que los factores físicos como la sed, el no poder dormir, la sujeción, la limitación del movimiento, las sondas por la nariz o la boca y los tubos o drenes son preponderantes (Bernal Ruiz & González Consuegra, 2015).

Adicionalmente creemos que fue fundamental para los hallazgos, las disposiciones y normas excepcionales que tenían las UCI donde se desarrolló el estudio pues: 1. Los cubículos son individualizados y están separados, lo que permite la privacidad, el aislamiento de sonidos y el poco contacto con otros pacientes; 2. La iluminación en su mayoría es natural y, en caso de ser artificial, es ajustable al ciclo día/noche. Además, hay un reloj visible y cada habitación tiene televisión. Estas medidas favorecen la distracción, la conciliación del sueño y la ubicación tempoespacial; 3. Es obligatorio contar con medidas concretas y sencillas dirigidas a mejorar la humanización del cuidado y la adaptación a la situación crítica, como es el caso de los protocolos de atención sobre el trato de los pacientes, el uso del consentimiento informado para las actividades, así como las normas de comunicación continua, explícita y clara sobre el proceso de salud-enfermedad. De ahí que no marque diferencia contar con preparación previa para ingresar en la UCI (ingreso programado) o la capacidad de pago (EPS, ARL, medicina prepagada) con la que se llegue a ese lugar; 4. Se practica un horario de visitas flexible, ajustable, lo que proporciona el contacto emocional continuo con la esposa (estado civil mayormente encontrado), familiares/amigos, fortaleciendo la función protectora de la familia ante la tensión (Escudero, Viña, & Calleja, 2014).

Específicamente para la enfermería hacemos énfasis positivo en la relación enfermera-paciente: 1:3 – 1:4 y la relación auxiliar de enfermería-paciente: 1:2 – 1:3 (ajustable a las condiciones de criticidad de las personas), pues esta razón facilita el cuidado personalizado y asegura menos carga laboral, lo que redunda en la atención oportuna, segura y de calidad. Suponemos por ello que es trascendental para los pacientes el sentir que el personal que lo atiende no tiene suficiente tiempo para su cuidado, pues siempre el trabajo está volcado y centrado en ellos.

Para la población objeto de estudio las situaciones que resultaron ser más estresoras fueron las relacionadas con factores psicológicos, específicamente con el dolor y la autonomía. Esto puede ser reflejo, por un lado, de la divulgación o de la concientización del derecho de todos los seres humanos a no sentir dolor y, por otra parte, de sujetos que por su edad y ocupación son autosuficientes, así como económica, política y socialmente activos.

En general, el dolor y el no tener control de sí mismo son estresores reiterativos ya tiempo atrás reconocidos (Bernal Ruiz & González Consuegra, 2015), lo que nos debe llevar a hacer una revisión de las intervenciones que estamos haciendo para su manejo porque evidentemente estamos siendo inefectivos para transformar factores que son fácilmente modificables. La explicación de esta situación podría ser lo que Biancofiore et al. (2005), desde tiempo atrás, denominó subestimación de factores sobre los que se tiene algún tipo de control, o para los que se cuenta con una amplia gama de opciones terapéuticas; el énfasis en situaciones sobre las que se proyectan las propias necesidades o miedos; la mecanización del trabajo, pues el personal de salud está adaptado al ambiente de la UCI y olvida que todo es nuevo para el paciente; o la relación paternalista de los profesionales que genera sumisión y elimina la independencia de las personas. Por esto, en el mundo actual cada día son más las prácticas que abogan por la correcta y oportuna evaluación y tratamiento del dolor (Sakata, 2010), así como por el respeto de la autonomía (Arias Garrido, 2012).

Es definitivo exaltar la asociación entre el nivel de escolaridad y el grado de estrés. Creemos que este hallazgo se fundamenta en la oportunidad que brinda la educación de obtener conocimiento y de comprender los fenómenos de la salud. Una alta escolaridad amplía los aspectos cognoscitivos del proceso salud-enfermedad, lo que puede favorecer la interpretación anticipada de las situaciones vividas. Una baja escolaridad, por el contrario, agobia a las personas con el desconocimiento y la incertidumbre de lo experimentado por la condición clínica.

 

Conclusión

Para la mayoría de los entrevistados la estancia en la UCI resultó poco o nada estresante. De la Escala Factores Estresantes Experimentados por los Pacientes en UCI, las situaciones que más resultaron estresoras para los pacientes fueron las emocionales y las que están asociadas a la pérdida del control y el dolor. El nivel educativo alto o bajo condiciona la percepción de estrés.

Por lo anterior, se hace necesario durante el cuidado en la UCI empoderar a los pacientes y hacerlos partícipes de su plan de cuidados. De acuerdo con el grado de complejidad del estado de salud y, en conjunto, con el equipo de trabajo se pueden definir tareas sencillas de autocuidado y promoción de la salud que permitan a las personas mantener sus deseos y su independencia. Asimismo, es importante reevaluar la práctica clínica de la evaluación-manejo del dolor, y considerar estrategias individuales para la atención de las personas dependiendo de su nivel de formación. Desde la academia es imprescindible generar espacios de reflexión que permitan la construcción de procesos de transformación de la práctica de cuidado en la UCI. No podemos permitirnos perpetuar errores en la atención que son conocidos y están identificados plenamente desde tiempo atrás. Conocer la experiencia de los pacientes nos debe impulsar a desarrollar actitudes, habilidades y actividades que promuevan experiencias positivas y satisfactorias.

Dado que es el primer estudio que se lleva a cabo con la Escala de Factores Estresantes Experimentados por los Pacientes en UCI, sería importante verificar y comparar los hallazgos obtenidos con una población inmersa en otras condiciones de atención, dadas las peculiaridades de cuidado crítico en la institución en la que se llevó a cabo la investigación.

 

Referencias

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Recibido para publicación: 18.07.17

Acepto para publicación: 11.01.18

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